Millones

El caso es que, hoy día, hablamos de millones –de euros, naturalmente– con tal frivolidad que parece que no son nada. Otra cosa es el uso que se hace de ese dinero. Por ejemplo, se sabe que el Estado se va ahorrar este año unos cuantos en pensiones, dado que el número de estas ha bajado debido al asuntillo ese que se ha llevado a un montón de pensionistas por delante.

Por lo que se refiere a Almería –tema de nuestra preocupación inmediata–, también se habla de millones. Con la colaboración de la Unión Europea, cinco de ellos van a ir destinados a la rehabilitación de ciertas estructuras del pantano de Benínar (en concreto, la restitución del canal). Así lo anuncia Carmen Crespo, nuestra paisana, que dirige la consejería del ramo en el contexto andaluz. Hace bien ella en manifestar su satisfacción al anunciar unas obras que redundarán en beneficio de la agricultura en la comarca de Poniente. Y aprovecha para referirse a otras actuaciones en Guainos, en Berja y en el río Adra; comprenderá usted que esto último alegre de modo especial a quien ha vivido en el Puente del Río.

Otra cosa que yo no sé si llegará a millones –aunque quizás con el tiempo–, pero que también se asoma a la actualidad es el descontento de los residentes en el entorno de la Plaza de Toros por la eliminación de aparcamientos. Por lo que le han comentado a Alicia Amate, ha sido una decisión tomada sumarísimamente, sin consultar a los vecinos y sin avisarles siquiera. Se supone que los aparcamientos de la zona –de pago, claro– estarán muy contentos pensando en los beneficios que van a obtener a partir de ya mismo. Eso, sin que el ayuntamiento de nuestra capital tenga en cuenta que los vecinos llevan sesenta años en una 'comunidad' en la que se ayudan recíprocamente, según ellos mismos hacen constar en un escrito. Que, por si acaso, van a presentar en la Casa Grande.

Pero hay más millones. Porque de ellos hay que hablar cuando se anuncia que se va a cerrar el centro de menores de Purchena, que lleva allí quince años. Es algo que afectaría directamente al empleo y no solo a esa localidad, sino a toda la comarca.

Como se ve, a nuestros políticos les va mucho eso de los millones. Y, en cada momento, se alude a una razón para justificar la actuación, tanto si es para suprimir como si es para emplear. Como esos millones que se destinan a vehículos oficiales, sin ir más lejos. Y somos siempre los ciudadanos los que tenemos que adaptarnos a las circunstancias.

Lo que acaba usted de leer puede resultar un tanto demagógico, pero mejor no ahondar en ese término, no sea que salpique demasiado. Centremos la atención en la ciudadanía, que está pasando por muy mal momento: acatando todo y sin rechistar. Por favor, no le toquen tanto los millones.