Un nuevo horizonte para España
La humanidad ha tenido baches, donde todo parecía pesadumbre y temor; pero igual se ha levantado y construido su futuro con cimientos más sólidos
carlos rojas
Granada
Jueves, 30 de abril 2020, 23:39
Durante esta cuarentena, que es mayor que su propio nombre, vamos sacando conclusiones y análisis. La crisis de la Covid-19 será histórica, pero también ... pasará a la historia, pues volveremos a tener una vida normal llena de esperanza e ilusiones en el futuro. La humanidad ha tenido baches, donde todo parecía pesadumbre y temor; pero igual se ha levantado y ha construido su futuro con cimientos más sólidos, aprendiendo de los errores y de los hechos nuevos. En esta grave crisis hemos perdido más de veinte mil compatriotas, a los que hemos de rendir un tributo que sea indeleble en la memoria de nuestra patria. Durante esta crisis hemos de mostrar nuestra admiración y gratitud a los profesionales sanitarios y a todos los miles de españoles que siguen al pie del cañón para garantizar nuestra seguridad y todos los productos básicos a los que podemos acceder en este confinamiento. Están garantizados por los que trabajan en los supermercados, en las farmacias, en las corridas de fruta, en los mercados municipales, en nuestro campo, o en la carretera, donde nuestros transportistas recorren kilómetros de autovías y se cruzan con más soledad que automóviles.
La última hora de Granada
También hay que admirarse del pueblo español. De nuestra paciencia. De nuestra perseverancia. Los españoles estamos en casa cumpliendo con nuestra obligación para mitigar el virus y eso es algo que también quedará para la historia como ejemplo de un pueblo cumplidor y solidario.
Otra cosa son los errores del Gobierno de España, sobre los que podría escribir varias páginas. Uno de los más graves, el autorizar multitudinarias concentraciones de personas cuando el virus estaba ya aquí. Desde el Grupo Popular habíamos solicitado al Gobierno en el Congreso de los Diputados el protocolo de actuación diseñado y aplicado por el Ministerio de Sanidad para garantizar la salud pública frente al coronavirus Covid-19, detectado en China, con registro el día 22 de enero del presente año (la friolera de dos meses antes de las primeras medidas). Ese documento es público y, muy a pesar del Gobierno, le pone ante el espejo.
De otro lado, una porción no menor de desatinos fue engendrada, como suele ocurrir en los gobiernos, al procrastinar una realidad que tenían encima. Un gobernante que marca la diferencia para bien es el que se adelanta, el que ve el peligro venir y se pone un paso por delante para proteger a su pueblo, aún a riesgo de que en su misión pueda cometer algún error. Es aquel que olvida la ideología de partido y se viste de la piel de toro para defendernos a todos. No ha sido así. No es cuestión de extenderse sobre ello, pero sí de decir que Pedro Sánchez no está a la altura de estos históricos momentos, sin vado de duda alguna. Ya lo decía León Tolstoi: «Escribir leyes es fácil, pero gobernar es difícil.». Los numerosos decretos que, a veces en desfigurada catarata han llenado las páginas del BOE, han sido en ocasiones señales para atisbar a un Gobierno en desorden y, a veces, muchas veces, más preocupado de su imagen y concertado en su ideología que en lo que estamos viviendo los españoles. Las rectificaciones continuas, como el caso de la salida de los niños, los encargos millonarios de mascarillas o test defectuosos que se han tenido que devolver perdiendo un tiempo precioso para proteger a nuestros sanitarios y a toda la Nación, han sido sólo algunos ejemplos de su incompetencia. No parece que sus rectificaciones lleguen a consolarnos ante un panorama de todo un ejecutivo sin la menor idea de plan de desescalada. Para ejemplo un botón: el de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, que afirmaba hace unos días que el sector turístico no podría reabrir hasta diciembre, sin tener ni datos, ni informes ni posibles previsiones para fecha tan lejana.
El Gobierno, en definitiva, tendrá que asumir su responsabilidad por una gestión donde el máximo mandatario demanda un esfuerzo muy grande a todos y, sin embargo, presenta unas credenciales tan lamentables como llenas de ideología y de improvisación. A pesar de todo, desde el Grupo Popular lo hemos apoyado en estos duros momentos por responsabilidad política. Por encima de un mal gobierno, están España y los españoles. Se vislumbra un nuevo horizonte para España, donde es más importante que nunca acertar en las decisiones, y estamos esperanzados en construirlo desde la concordia e interés general. Es el momento de la responsabilidad, ya llegará el de las responsabilidades. La oposición, con sus prismas y matices, está cumpliendo con su misión de ser útil a nuestro país, en una situación muy delicada. Y creo firmemente que desde el Partido Popular lo estamos haciendo con altura de miras, coordinando acciones de gobierno ejemplares desde gobiernos municipales y autonómicos, y proponiendo medidas nacionales; todo ello bajo el liderazgo ejemplar de Pablo Casado. Hemos propuesto un gran acuerdo en el Congreso que sea útil a España y a los españoles. Hemos reabierto el Congreso, frente al criterio del Gobierno, que siempre quiso una actividad mínima y residual. Hemos propuesto todo un conjunto de medidas de ayudas sanitarias, económicas y sociales. Remamos juntos, siempre, ante esta adversidad tan gigantesca que está presente en las 184 naciones de este mundo. Pero, al mismo tiempo, advertimos a los que se miran en el espejo de su ideología que miren primero a España y a los españoles, como lo hacemos la mayoría, y cumplamos juntos con el juramento que hemos adquirido de servir a nuestro Pueblo.
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