De los muros de la Alhambra al ataúd de Francisco Franco
Este conjunto heráldico de la banda y las columnas de Hércules es exactamente el mismo que usó nada menos que el emperador Carlos V
Andrés Molinari
Domingo, 27 de octubre 2019, 09:33
La imagen ha dado la vuelta al mundo. El féretro con los restos mortales de Francisco Franco, unas veces en helicóptero y otras en coche ... fúnebre ha sido trasladado de cementerio, en las horas centrales del día 24 de octubre. Pero cuando mejor se ha visto es cuando era llevado a hombros de algunos de sus familiares. Es entonces cuando hemos notado que el viejo y desvencijado ataúd de madera iba cubierto con una especie de moaré de color tabaco, elegantemente arrugado, y encima una especie de bandera con un escudo.
La ignorancia heráldica de muchos comentaristas ha hecho que, en estos días, se escuchen disparates sobre dicho escudo, tales como que es del marqués de Villaverde, que es de los apellidos Franco o Bahamonde, y sandeces por el estilo. El escudo en cuestión muestra, en su interior, una banda que baja desde el ángulo superior izquierdo al inferior derecho, entre las bocas de dos dragones, en heráldica llamados dragantes o tragantes, pues parecen tragarse dicha banda; a los lados van las dos columnas de Hércules, tal y como figuran en los escudos del Reino de España, actual y pretéritos, es decir una con corona real sobre su ábaco, y la otra con una corona imperial en el mismo sitio. Este escudo fue diseñado por la Real Academia de la Historia, para conformar el guion público de Su Excelencia del Jefe del Estado, Francisco Franco Bahamonde, y dictado como oficial, allá donde este señor estuviese presente, mediante Orden de Presidencia del Gobierno (él mismo) del día 6 de julio de 1940, publicada en el Boletín Oficial del Estado del día siguiente en su página 4688. Por tanto Franco ha sido trasladado de sepultura con el símbolo del Jefe del Estado, de su estado.
La media docena de veces que Franco visitó Granada, como Jefe del Estado, también lució este mismo guion en su automóvil, como reflejó siempre gráficamente el diario IDEAL. El mismo guion con el que ha sido desenterrado y vuelto a enterrar. Parece apócrifa la noticia de que Francisco Franco obtuvo en vida el señorío de Meirás, pero nada parece imposible en un contexto autárquico, y como tal 'noble' usó como escudo las armas que nos ocupan.
Lo que pocos se han detenido a investigar es que este conjunto heráldico de la banda y las columnas de Hércules es exactamente el mismo que usó nada menos que el emperador Carlos V. Así lo describe el cronista Gonzalo Fernández de Oviedo en su obra Libro de la Cámara Real, manuscrito en la Biblioteca del Escorial, pero editado por la Sociedad de Bibliófilos en el siglo XIX y más recientemente por la Universidad de Valencia en 2006. Sobre esta divisa imperial ya peroró Cesáreo Fernández Duro en sus Tradiciones infundadas, editadas en Madrid en 1888. Todos ellos describen la banda del guion de Franco como 'Banda de Castilla', así es que los académicos de 1940 entroncaron al entonces general y Jefe del Estado no sólo con el emperador del Sacro Imperio Romano sino, más atrás, con los reyes de la dinastía Trastamara.
En efecto, un vistazo a nuestra Capilla Real nos mostrará pendones y gallardetes en los que figura exactamente la misma banda real de Castilla, la misma que llevaba Franco en su coche cuando vivo y sobre sobre su ataúd cuando cadáver, pero esta vez acompañada de dos yugos o de dos manojos de flechas, pues se refieren a Isabel y Fernando, ambos Trastamaras y además primos hermanos. No sólo eso, la ceca de Granada, instalada en lo que fue Maristán, que al parecer ahora dicen que va a despertar de su vergonzante ruina, acuñó monedas con esta misma banda real de Castilla. El rey Juan, padre de Isabel la Católica, uso denodadamente esta banda allá donde dejó su huella. En Castilla se ve por doquier, desde la Cartuja de Miraflores hasta el monasterio cisterciense de San Pedro de Cardeña. Y, es que, ¡oh, sorpresa!, la banda le fue asignada, con efecto retroactivo, como pendón también al Cid Campeador. ¿Pensaban realmente los académicos de 1940 que Franco era un nuevo Cid, en su lucha contra el infiel?
Pero las sorpresas nunca vienen solas. A lo largo de los siglos XIV y XV vemos menudear el escudo de la banda por monedas, documentos, edificios, tejidos y los más variados soportes más o menos asociados a la casa real castellana, e incluso aragonesa. Fue el rey Alfonso XI de Castilla el que fraguó este escudo en 1330 con el fin de premiar a sus leales y distinguir la nobleza de sus portadores. Pero su hijo Pedro I se apropió de la grácil y sencilla figura de la banda, que había creado su padre, y la incorporó a tres ámbitos, a cual más curioso para nosotros los granadinos. En primer lugar la incorporó a la Casa Real de Castilla, es decir a sus descendientes legítimos, y por eso llegó a los Reyes Católicos y por eso se puede ver en la Capilla Real de Granada y por eso la tenía Carlos de Gante… En segundo lugar se la concedió a sus hijos bastardos, muchos de los cuales llevaron el apellido Castilla, apellido presente en Granada en los duque de Gor. Y, por eso, la misma banda de Franco se puede ver en el escudo que permanece en la puerta del palacete de Gor, en la plaza de los Girones de Granada. Y, en tercer lugar, el rey Pedro le regaló o concedió el escudo de la banda a su amigo Muhammad V, rey de Granada. Y este sultán, orgulloso del nombramiento que le había concedido su amigo Pedro, hacia los años en que mediaba el siglo XIV, colocó el escudo de la banda por todo lo nuevo que hizo en la Alhambra, que fue mucho, por ejemplo en todo el Cuarto de los Leones.
Muhammad V, como harían los Reyes Católicos, también retocó la banda de Pedro: por razones obvias prescindió de los dragones, que en Castilla unas veces aparecen y otras no, y rellenó la banda con el lema: «Sólo Dios es vencedor» que se atribuye a Alhamar. Media Alhambra carece del escudo de la banda, toda aquella decorada antes del reinado de Muhammad V, por ejemplo la galería de Machuca, el Salón de Embajadores, el Partal, el Generalife… y en la otra media sobreabunda este escudo, cual es toda la que fue edificada o retocada por tan edilicio y arquitecto sultán. Por eso cometen un error los guías y comentaristas que llaman a este símbolo 'escudo nazarí' ya que sólo se ve en el reino de Granada a partir de 1350, más o menos, y sólo lo uso la mitad final de la dinastía nazarí.
En la Sala de las Dos Hermanas este escudo aparece rodeado de un fino y prieto laberinto de atauriques, que podría ser metáfora de los laberintos que recorre la historia, desde la Alhambra hasta el ataúd de Francisco Franco, y de los apretados compromisos a los que siempre obligan las dictaduras.
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