Este mundo sin arreglo
La gente vive en su pellejo, y no comprende. No comprende que se tengan que repetir unas elecciones porque dos señores no se pongan de acuerdo, porque otros dos señores se froten las manos y porque un quinto elemento no pare de decir barbaridades
Juan de Dios Villanueva Roa
Miércoles, 2 de octubre 2019, 02:18
Uno de los principales problemas que puede encontrar el ser humano es comprender el mundo en el que vive, que puede ser su barrio, su ... pueblo, o el mismo orbe. La capacitación mental y la apertura de miras se hace fundamental en esta labor, la formación a lo largo de la vida puede ser factor imprescindible. O así era hasta que llegó al poder esta batería de políticos que nos absorben los sentires. Los que gobiernan y los que aspiran a gobernar. Nos cuesta comprender este mundo que ellos se empeñan en guiar, en dirigir. Empezando por este ser que a algunos le pudiera parece repugnante por su forma despótica y canallesca de tratar a quienes no piensan como él, y a los que él piensa que son menos que él, porque es inmensamente rico, en su pueblo, ese que pensábamos que era el más avanzado del mundo y que nos está demostrando que en realidad lo único que tiene es dinero y metros cuadrados. Sí, Donald, ese repeinado que levanta muros para que la gente deje de hacer lo que hicieron quienes ahora son sus compatriotas (¡Qué palabra en algunas bocas!).
Junto a él encontramos al indescriptible hombre de los pasos perdidos, Boris, gobernando el Reino Unido, un país que fue ejemplo para muchos en cuanto a democracia se refiere, capaz de cerrar el Parlamento, con la anuencia de una reina que firma, para que los lores no le impidan llevar sus planes a cabo. Y no se apagan hasta los semáforos de las calles de Londres, Liverpool o Newcastle. Es increíble. Y la Torre de Londres sigue dando campanadas. Eso ha sido dar un golpe de estado temporal, y no pasa nada. Con estos líderes mundiales es difícil que la gente pueda comprender el mundo, es complicado, porque ellos son quienes manejan, quienes manipulan este mundo en este tiempo. Y no pasa nada. Y nos meten en guerras, y nos suben los precios del petróleo, del trigo, hasta del jamón, y no pasa nada.
La gente vive en su mundo, que es otro mundo, parece ser, el de los atascos diarios, el de la búsqueda de una vivienda que no te cueste los pulmones y el páncreas, el encontrar un trabajo en el que te paguen una miseria para hacer rico a alguien, o te pongan fecha de caducidad en el contrato antes de entrar. La gente vive en su pellejo, y no comprende. No comprende que se tengan que repetir unas elecciones porque dos señores no se pongan de acuerdo, porque otros dos señores se froten las manos, y porque un quinto elemento no pare de decir barbaridades en los medios de comunicación y sea portada en los telediarios.
Ese es el mundo que nos ha tocado en estos momentos vivir, padecer, sufrir o soportar, según la cultura de cada cual. Pero que no olviden quienes mandan que el valiente es valiente mientras el cobarde quiere, y que esto acabará. Después alguien tendrá que explicar algunas cosas. O muchas.
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