Una ministra entre lubinas

¡Cómo no iba a venir la ministra si en 2015 vino hasta un presidente del Gobierno, viva el vino, y fueron hasta menos kilómetros! Y si es por inaugurar, que vengan todos los meses, a ver si acabamos de una vez la A-32, que a este paso, una vieja y un viejo van p'Albacete, y esperemos que vaya en serio lo de continuarla y no nos la metan, el engaño, que Jaén es tierra donde los proyectos se mueren de viejos.

En clave electoral está hasta la mona del callejón. La competición abierta a ver quién rebaja más impuestos es populismo puro, aunque lo hagan gobiernos que se dicen serios y sensatos. Los impuestos los han denostado tanto que a ver quién los paga en el futuro, si es que queda alguno.

El anuncio del presidente andaluz fueron en realidad tres: supresión del Impuesto de Patrimonio, deflactación del IRPF para compensar la inflación y eliminación del canon en el recibo del agua con el que se financia, o debería financiarse, la construcción de las depuradoras, que tanta falta hacen y que tantas sanciones nos impone Bruselas. Pues bien, de una forma u otra, las tres benefician más a quien más tiene. La primera es evidente, la segunda es para todos pero según los técnicos de Hacienda (Gestha) favorece a quién más renta posea y la tercera deja entrever, como hizo el propio presidente, que traerá consigo la privatización del servicio de saneamiento en Andalucía, por lo que al final terminaremos pagando las depuradoras entre todos y además con el beneficio añadido, lógico por otra parte, para las empresas que las construyan. Para los ratones solo hay queso gratis en las ratoneras.

De ahí que la tesis principal de Juanma Moreno sea que quitando impuestos a quienes más tienen se animarán a trasladar su domicilio fiscal a Andalucía y crearán empleo y riqueza. Recuerda la frase del economista Galbraith de que si al caballo se le da avena suficiente, algo caerá para los gorriones. El tiempo dirá quién lleva razón, si el neoliberal o el anti neoliberal, si hay avena suficiente y si los demás nos contentamos con ser gorriones.

Lo que ya no hay que esperar es a ver cómo se tiran por tierra décadas de pedagogía sobre la necesidad de pagar impuestos para tener servicios públicos y de calidad. Y se abre una competición en la que al final solo ganará quien menos necesite de esos servicios. Puestos a echar carrerillas habría que preguntarse por qué no plantean quitar todos los impuestos, si tan malos son y tanto frenan la economía, y volvemos a la ley de jungla, a la ley del más fuerte y del que más tiene, y reiniciamos la historia. Total.

En presidente del PP provincial se marcó como primer objetivo coser el deshilachado partido y lo está consiguiendo a base de técnicas de Recursos Humanos, ascensores y pipirranadas de comunión. Además del viento a favor para sus siglas, que eso siempre ayuda. El último golpe de efecto ha sido la reincorporación al partido de los alcaldes de Aldeaquemada y Cárcheles, dos pesos pesados en 'la rebelión de los patucos' de 2017, cuando estuvieron a punto de hacerse con las riendas del partido, pero unos y otros les dejaron con el culo al aire y en enero de 2018 anunciaron su marcha, frustrados, decepcionados e irritados.

Pero la vida política da muchas vueltas y desde entonces han pasado muchas cosas y muchos dirigentes. Y el actual, el sastre Erik Domínguez, los recibió esta semana con los brazos abiertos, a la par que confecciona un traje a medida, en la Junta o en el partido, para cada una de las familias, sectores o territorios 'populares', en pos de su 'pax romana'.

Tras el 19J tiene tantos huecos que puede incluso utilizar la clásica 'patada hacia arriba' para disponer el tablero con las piezas que él quiere y como quiere y, por ejemplo, dejar manos libres para que vaya conformando su equipo de concejales José Agustín González Romo, el candidato 'in pectore' a la alcaldía de Jaén, al que se le está haciendo larga la espera. Ni que fuera la A-32.