El paso del tiempo en Almería
«En la ciudad de Almería sobreviven las palabras en los encuentros ciudadanos para charlar de las cuestiones más familiares para sentirse libres»
Miguel Ángel Blanco
Periodista, historiador, escritor
Viernes, 31 de octubre 2025, 22:46
Por mucho que haya durado la escapada, siempre llega el momento de regresar y encontrarse con una realidad inesperada, transformada, sorprendente. Entonces no queda más ... remedio que viajar de nuevo al interior de Almería para descubrir la nueva realidad.
La ciudad la están cambiando hacia nuevos destinos. Su rostro permanece impasible, ocultando sus sonrisas y sus miedos. La visión de su naturaleza escondida, refugiada en los árboles, en las singulares y pequeñas casas supervivientes de aquella ciudad almeriense demolida y transformada. La Rambla hace ya años que dejó de ser un cauce. El Paseo quiere reconquistar su identidad peatonal. El tránsito de coches es insufrible y ha invadido todas las calles a cualquier hora. Y los peatones se refugian en aceras inamovibles y se asoman refugiados en ventanas y balcones como jaulas.
En la ciudad de Almería sobreviven las palabras en los encuentros ciudadanos para charlar de las cuestiones más familiares para sentirse libres. El patrimonio arquitectónico ha sido encarcelado en muchas ocasiones y el Casco Histórico no cesa de gritar auxilio.
La Plaza Vieja no se rinde y permanecen los Ficus a pesar de haber sido amenazados con el destierro. El Pingurucho de los Coloraos mantiene la memoria histórica custodiando en su interior los restos de aquellos rebeldes que defendieron la primera Constitución frente al absolutismo monárquico. Y ahora mantienen su reivindicación para recuperar la interpretación del Himno de Riego y de La Marsellesa, que han dejado de interpretarse en las últimas conmemoraciones.
La Chanca sigue viva con su histórica identidad de barrio popular y vecinal en la resistencia.
También permanece el mundo de la información, del periodismo en prensa y radio, con todas sus vertientes, entre el miedo, la arrogancia y la soberbia, el sentido crítico de la realidad y los silencios.
El Cine, la Fotografía, la Música y el Teatro tienen sus refugios y nos observan.
El Paisaje cercano, entre montañas y el mar, proyecta ecos que recorren toda la provincia. Y nos envía los sentidos de Cabo de Gata.
La Alcazaba nos vigila. El Mesón del Gitano ya no es lo que fue. Y ahora ha sido retratado desde la Arqueología.
Y en estas circunstancias el regreso obliga a reivindica aquel slogan de Mayo del 68: «La Imaginación al Poder».
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