Messi, más que un club
Tribuna ·
La mejor solución es la pactada, porque en caso contrario, además del desgaste en la opinión pública, por ambas partes, el Barça debe tener en cuenta que tendrá que convencer a un juez de que el 'pibe' vale 700 millones de eurosMiércoles, 2 de septiembre 2020, 00:30
La anunciada salida del mejor jugador del mundo del fútbol de, hasta ahora su club, el Fútbol Club Barcelona, nos anima a realizar un breve ... análisis de lo que ello supone no sólo para su entidad, sino para el fútbol, o mejor dicho para la economía del fútbol profesional en España.
Por ello, nada mejor que iniciar estas líneas, con el lema principal y más representativo del Fútbol Club Barcelona, a lo largo de su historia, el cual expresa la pretensión de trascender de su condición de club de fútbol como la institución más representativa de Cataluña.
Efectivamente, independientemente de los colores deportivos de quienes no somos simpatizantes de este club, la marcha de Messi del Barça, trasciende mucho más de la órbita de esta entidad, pero en este caso, no como a sus leales les gustaría, sino por las repercusiones que tendría en todo el ámbito del deporte profesional en España.
Ya en el 2015, con ocasión de la primera actividad de la Cátedra de Derecho del Deporte de la Universidad de Granada, en las Jornadas sobre 'Los retos del deporte profesional y profesionalizado en España', en una magnífica conferencia en el Paraninfo de la Facultad de Derecho, el presidente de la Liga de Fútbol Profesional, Javier Tebas, advertía que: algo tan difícil como una alineación de planetas, podría darse en el futuro del fútbol profesional en España, como hasta hora sucedía, con el hecho de que Cristiano Ronaldo y Lionel Messi, los dos mejores jugadores del mundo, volvieran a coincidir en la Liga española.
En sus argumentos, estaban cómo no, los datos económicos, la fuerza de la mejor liga profesional del mundo de fútbol, reside en tener los mejores jugadores en grandes equipos por los derechos económicos de emisión que generan, sin estos derechos, el fútbol español –varios miles de millones de euros–, no podría ocupar el lugar que ahora tiene.
Continuaba Tebas en sus razonamientos, el día que no estén entre nosotros, la liga sufrirá un grave deterioro económico, por la falta de interés de la competición en otros países consumidores de nuestro fútbol, todo en beneficio de otras ligas, como la Premier Ligue Inglesa que nos desborda sobre todo por el pago por visión.
Así las cosas, la situación generada por el famoso burofax del deportista al anunciar su marcha del Barça, la inminente respuesta de club importantes de Europa de su pretensión por ficharlo, están planteando un interesante debate jurídico, sobre las condiciones en que se pueden adquirir los derechos del futbolista.
Veamos, a simple vista, con el riesgo que supone pronunciarse sobre un contrato que desconocemos, cuyo conocimiento es público solo en aquellos aspectos que las partes manifiestan en comunicados, podemos decir en un ejercicio de prognosis que, en el haber del más que un club, se estaría lo que en derecho civil se conoce como la cláusula 'Pacta sunt servanda', o sea lo pactado obliga, entonces como usted en la fecha de junio no manifestó su voluntad de no continuar, si decide irse después de esa fecha, el que lo quiera debe abonar 700 millones de euros.
Por contrario, la otra parte, consideramos, estima que esa cláusula de rescisión no se puede aplicar, por otro principio de derecho civil, la cláusula 'Rebus sic stantibus', en base a los supuestos extraordinarios de alteración de las circunstancias atinentes al contrato, no previstas por las partes; lógicamente, en este caso la Covid 19, que ha diferido los plazos administrativos, civiles, mercantiles, etc., luego si la pandemia ha afectado a numerosos recursos, plazos, licencias, etc., ¿por qué no va a afectar al contrato de Messi?, el cual no pudo aplicarse en junio, fecha en la que estaba prevista la finalización de su actividad laboral, porque como todo el mundo sabe, esta finalizó con la goleada del Bayern de Múnich el 14 de agosto, por lo que habría que diferir el contrato al mes de agosto.
Como se ve, la controversia jurídica está servida, lo que menos interesa al deportista y a la entidad es acudir a la jurisdicción, que no está claro cuál sería, si como permite la UEFA al jugador se le puede expedir una licencia provisional por otro club, por lo que antes de entrar en el contenido, el asunto se eternizaría en las instancias judiciales, amén de recursos, que sería muy perjudicial para el jugador y la entidad.
Tampoco sería lógico que el mejor jugador del mundo se vaya a coste cero, eso independientemente de colores no se sostiene, de ahí que la mejor solución sea la pactada, porque en caso contrario, además del desgate en la opinión pública, por ambas partes, el Barça debe tener en cuenta que tendrá que convencer a un juez de que el 'pibe' vale 700 millones de euros.
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