Fue un alivio saber que la 'vice' Yolanda, amén de ministra y 'top-model', es exégeta de la Biblia y devota peregrina. Su última romería, ... en Falcon, le permitió pasar cuarenta minutos con el papa, mientras Sánchez apenas suma minuto y medio en sus dos encuentros con Joe Biden. Una pasada. Ganando lo que gana, también a ella le va a ser difícil entrar en el reino de los cielos (Mateo 19: 23-20), pero teniendo como contrincante a Egea le fue fácil armar el belén en el Congreso. Más me está costando montar el mío. Tengo claro que este año el niño del portal vive en Canet de Mar, rodeado de vecinos émulos de Herodes. Cargado con esa cruz y la inocencia de sus cinco años ya hay quien quiere apedrearlo. José y María son esa pareja de palmeros que vivían en Todoque y tuvieron que abandonar su casa sin poder recoger ni la foto de la boda. El poncio Sánchez promete muchas ayudas, pero el matrimonio sigue sin cuatro paredes entre las que pasar el invierno. Hasta aquí el montaje va bien. La cosa se complica con la mula y el buey. Cuando hace nueve años los desalojó de un plumazo el buen papa Ratzinger, uno de mis nietos puso un unicornio y un dragón. Vamos a seguir igual para evitar problemas con los animalistas, si les da por meter sus narices para ver si la acémila y el manso reciben la suficiente cebada y alfalfa, abonadas con fertilizantes fosfatados.
Con la lavandera he tenido una larga charla. Al faenar en pleno diciembre con el agua casi helada se le llenan las manos de sabañones, pero ponerle una lavadora al precio que está la luz me lleva a la quiebra. Hemos quedado en que va a mirar un robot que ha visto en los Suárez. Otra contrariedad, con la que no contaba, es la paridad. El belén ha de tener tantas pastoras como pastores con su flauta y su caramillo, y tantos patos como patas en el río de papel de plata. Y, obviamente, un caganer y una caganeta. Pero, qué me dicen del rebaño. ¡Pues no me sale el carnero con que está buscando su identidad sexual y quiere convertirse en una oveja más! Ojalá los animalistas no me obliguen a poner un lobo, especie protegida, en medio del hato. Surgen más contratiempos: el labriego que durante milenios estaba arando el serrín junto al portal ha soltado la mancera para ir a la manifestación por el agua para la Costa; y a la lechera, que lleva sobre la cabeza el cántaro y se le da un aire a Ayuso, le han tirado piedras para romperle el ánfora el niño de la vaquera y un chavea pimentonero. De siempre, al fondo estaban pastores esperando junto al fuego la llegada del ángel con la buena nueva. Este año se han adelantado los de MasterChef para decirles que no se lleva la sartén y las migas, que la sopa de maimones está demodé y que está prohibido hacer fuego en el campo. Les trajeron una hornilla de campingás y una escalivada de Dabiz Muñoz, recomendada por Jesús Lens y Pablo Amate.
Al rey mayor parece que no le dejan por el momento salir del emirato para ponerse de camino; Gaspar y Baltasar andan tentándose la ropa. Alejada de las barricadas, a Yolanda no le importaría suplantar al modo garibaldino a los tres magos de Oriente para repartir los juguetes huelguistas de Alberto Garzón. Por si esto ocurre, mi nieta, subida a una silla, ya está aplanando el serrín de la esquina para que aterrice el Falcon.
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