Cuatro casos aislados
«En todo este embrollo, lo lógico, lo humano, lo cabal, lo humilde, hubiera sido pedir perdón, reconocer el error y ponerse codo a codo con las víctimas, con las mujeres y con el personal sanitario»
Marta Soler
Periodista
Jueves, 30 de octubre 2025, 23:13
Tengo que confesar que la semana pasada falté a mi cita semanal con esta columna porque, por más que lo intenté, no conseguía la calma ... y mesura necesarias para escribir sobre el tema que quería abordar, que es, como hoy, el cribado de cáncer de mama en Andalucía tras el debate parlamentario celebrado en torno a esta polémica cuestión. Mi indignación sigue siendo la misma, pero creo que puedo trasladarlo como considero que se ha de hacer en una columna de este estilo y, más, en este periódico que muy acertadamente no permite salidas de tono de ningún tipo. Ojalá todo el mundo hiciera lo mismo.
Sigo sin dar crédito a la actitud de la Junta sobre esta cuestión. Hemos pasado de los «cuatro casos aislados» de la políticamente finada consejera de Salud a desviar la atención hacia las y los profesionales sanitarios cuando cualquiera, con un mínimo, puede discernir que aquí la mano actuante no ha sido la de quienes visten de blanco sino de quienes están en los despachos mirando el calendario electoral para saber cuándo tienen que renovar.
En todo este embrollo, lo lógico, lo humano, lo cabal, lo humilde, hubiera sido pedir perdón, reconocer el error y ponerse codo a codo con las víctimas, con las mujeres y con el personal sanitario. Muy al contrario, y aprovechando la época, el presidente andaluz está a por olivas. En el tablero de ajedrez está dejando clara su estrategia. Para solucionar este escándalo no se ha acompañado de profesionales de la Sanidad, de estrategas, de gente que resuelva conflictos, sino del brazo armado del PP, de su número dos, de Antonio Sanz que, como Atila, arrasa lo que toca. Si no, que pregunten en el Infoca por la vanidad del consejero. Muy desacertadamente escogió arremeter contra Amama acusando a esta asociación de difundir mentiras, aunque luego tuviera que corregir parte de los argumentos esgrimidos contra esta asociación que vela por la salud de las mujeres con la que se ha sentado recientemente.
Antes de hacerlo, sin embargo, les afeó que no quisieran hacer lo que Sanz pretendía y que es el 'abc' de la derecha: lavar su imagen con fotos. En aquel momento, la presidenta de Amama consideró que no era el momento, lo mismo que Moreno Bonilla consideró ausentarse del Consejo Interterritorial de Sanidad; eso sí, sin preguntarnos al resto. No sé por qué siempre se le olvida que Andalucía somos todos y todas y que tiene la obligación de representarnos en todos los órganos de gestión y gobierno en los que se solicita su presencia como máximo representante de la Junta que es. Los Grammy no se los pierde.
El caso es que de aquel debate parlamentario me molestó sobremanera que el presidente recondujera su discurso hacia el lugar que nadie había señalado. Cuando Inmaculada Nieto le mostró los informes de las mamografías de la misma paciente con 'cambios' en la segunda de ellas tras la polémica de los cribados, Moreno Bonilla le acusó de dudar de la profesionalidad del personal sanitario cuando nunca, nadie, ni la persona más necia desde El Granado onubense al almeriense Pulpí, considera que el escándalo de los cribados es por culpa de su radiólogo, radióloga o auxiliar, sino que es, de quien verdaderamente es, del Gobierno de la Junta. Lo más lamentable de todo es que piensan que todo esto está sucediendo porque es una confabulación judeomasónica de la izquierda andaluza y que tanto Amama, como las denunciantes, las y los manifestantes, quienes reclamamos y quienes criticamos esta patética gestión es porque zurdeamos y están utilizando toda su maquinaria para desprestigiar a quienes denuncian y defienden la sanidad pública de todos y de todas.
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