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Pretty woman ya no baila

La ambigüedad moral es tan incómoda como Julia Roberts pisando callos al movimiento MeToo

Marta San Miguel

Lunes, 1 de septiembre 2025, 00:00

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Julia Roberts caminando como una gacela por Beverly Hills mientras suena la canción de Roy Orbison. O en la bañera de la suite presidencial cantando ... con los walkman. O llorando al ver por primera vez en su vida una ópera con una gargantilla de rubíes y diamantes. En los años 90, la actriz fue una puta que se redime en 'Pretty Woman', una película que se sintió como un cuento de hadas, una heroína a pesar romantizar la prostitución. Años más tarde, interpretó a Erin Brockovich, una madre soltera, malhablada y en paro, que entra en un pequeño despacho de abogados y acaba destapando un caso de contaminación del agua por parte de una empresa. Su historia es real: logró la mayor indemnización en la historia de EE UU y fue una heroína. Sin embargo, en su última película, la novia de América está pisando callos. «No quiero discrepar, pero me encanta eso de resucitar viejos argumentos», dijo en la presentación de 'Caza de brujas' en la Mostra de Venecia cuando le echaron en cara que la película que protagoniza menosprecia la lucha feminista. La actriz interpreta a una profesora de filosofía en una prestigiosa universidad que debe elegir entre apoyar a su mejor alumna y protegerla, cuando le cuenta que ha sido víctima de un abuso por parte de un profesor, o apoyar a ese profesor, que es su mejor amigo y tiene su propia versión de los hechos. ¿Qué prevalece, la afinidad personal o la justicia social? ¿Dónde están los límites en las relaciones de poder? ¿Va la peli en contra del MeToo o justo lo contrario?

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