El testamento para morir bien

La primera propuesta que nos hacen los miembros de dicha asociación es que la muerte es parte de la vida, de tal manera que, si deseamos vivir con la dignidad de un ser humano que ha soñado, ha trabajado, ha sufrido, ha amado, es lógico que tenga derecho a una muerte igualmente digna. El instrumento que se ha elaborado es el llamado 'Testamento Vital', o también 'Voluntades anticipades', un documento jurídico que recoge la voluntad de cada persona sobre cómo quiere afrontar el proceso de dejar este mundo. No se refiere al reparto de los bienes con los testamentos al uso, sino que consiste en manifestar cómo queremos llegar al final de nuestra vida con la tranquilidad de que se van a respetar y cumplir las indicaciones que en su momento establecimos en este documento cuando nos encontrábamos en plena lucidez.

Como existe cierta confusión, conviene aclarar que el testamento vital que estamos comentando no es lo mismo que la eutanasia, que se rige por otro tipo de garantías y de casos.

Vale la pena dedicar un tiempo a considerar cómo queremos que sea nuestro tránsito y elaborar el documento que contenga nuestras voluntades en momentos en que ya no podemos expresarlas, aliviando así a las personas queridas y al mismo tiempo, al equipo sanitario que tendrá conocimiento de lo que queremos en cada caso.

Como suele a menudo, las condiciones que requiere el documento que garantiza que se van a cumplir las indicaciones del testamento vital para ser válido son diferentes según las autonomías. Es el caso por ejemplo de Andalucía, que manifiesta algunas lagunas que resultan confusas a la hora de elaborar el documento con claridad. Quizá esa es la causa por la que hay pocos casos de personas que se adhieren a este programa en nuestra comunidad autónoma. Siempre es complejo elaborar un documento y más en este caso que es de gran importancia. Por lo tanto, puede ser útil recurrir a la Asociación Derecho a Morir Dignamente (DMD) para aclarar las dudas que nos surgen. Merece la pena dedicar un poco de tiempo a gestionar estos asuntos que, al fin y al cabo, son de gran importancia para nuestra vida y nuestra muerte.