El problema de la inmigración
Una de las reglas que es común en todas las culturas es la que pide que no hagamos a los demás lo que no queremos que nos hagan a nosotros
Quién nos lo iba a decir hace unos cuantos decenios, cuando tantos y tantas tuvieron que dejar sus pueblos y ciudades para trabajar en las ... industrias que prosperaban en Europa, cerca de las aguas del Rin, allá por Alemania, o por Francia, que eran los principales objetivos. En vista de que era muy difícil en aquellos tiempos salir para delante, entre los años 1959 y 1975 surgió la búsqueda de mejores horizontes y se convirtieron en emigrantes, con o sin sus familias. Además, hay que recordar que el mayor movimiento de trabajadores fue dentro de España donde se calcula que 3.100.000 fueron a las ciudades donde había trabajo en la industria, concretamente Madrid, Barcelona y País Vasco. Por otra parte, las cifras oficiales del Instituto Español de Emigración, nos ofrecen datos también para los que optaron por el extranjero desde los años 1959 y 1973, con salidas al continente de 1.066.440 personas que emigraron. Y si miramos más lejos, nos encontramos que entre 1881 y 1959 casi cinco millones de españoles emprendieron el largo viaje hasta Norteamérica, con la esperanza de encontrar una nueva vida.
Otros datos nos pueden orientar sobre la larga historia de España con la emigración, como para que seamos todos un poco más comprensivos para los que están viviendo ahora lo que muchos españoles tuvieron que hacer a lo largo de los años. Una de las reglas que es común en todas las culturas es la que pide que no hagamos a los demás lo que no queremos que nos hagan a nosotros. Esta norma debería presidir en general para todas las relaciones entre las personas, solo con eso, la convivencia entre los seres humanos sería mucho más sensata.
Resulta por lo menos injusto el trato y la consideración que se tienen con las personas que llegan a nuestras tierras, buscando una vida mejor, y muchos pierden su vida. He aquí el terrible dato: en 2024 más de 10.400 personas murieron intentando llegar a las costas españolas en un año. Y cabe preguntarse ¿cuántos las alcanzaran? Un total de 31.742 migrantes han llegado a España de forma irregular hasta el pasado 15 de noviembre de 2025, lo que supone un descenso del 41,5 % respecto al mismo periodo del 2024.
Muy mal deben estar esos seres humanos que intentan alcanzar nuestras playas, mucha necesidad de salir de situaciones terribles de guerras, hambrunas y sin horizontes de mejorar. Lo malo es que cuando consiguen llegar a nuestros pueblos y ciudades, se encuentran con una actitud de rechazo que cada vez más está creciendo.
Ante esta situación, no se han implementado acciones positivas por parte de las autoridades que se vienen solicitando desde hace años, salvo algunas recomendaciones buenistas y poco efectivas y otras absurdas, como esta: un migrante llega a Granada sin papeles, es una persona con muchas habilidades y encuentra pronto trabajo, pero no le pueden contratar porque no tiene lo que le faculta para trabajar ¿me siguen? ¿Alguien dijo que esto se iba a arreglar?
Y qué me dicen de la noticia de Ideal, que nos informaba hace unos días de que hay padres y madres marroquíes que viajan a Granada, Tarragona, Vitoria Málaga, y Madrid, como turistas con sus hijos menores a los que dejan aquí y se convierten en «menas», con derecho a todo. Los adolescentes van a la Policía, algunos se vienen abajo y cuentan el plan, pero otros consiguen «colarse». Es urgente que se arregle este disparate de manera efectiva. Sí, hay mucho trabajo pendiente para poner orden en el problema de la inmigración.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión