El Fuego acecha
A pesar de la mejora de la climatología, siguen los sobresaltos
No tenía intención de volver a comentar en esta columna la grave situación que estamos viviendo este verano, con los incendios que siguen azotando a ... pueblos y ciudades, como nunca habíamos conocido. A pesar de la mejora de la climatología, siguen los sobresaltos, por todo el país, también en Granada, en la provincia y en la capital, que ha registrado treinta incendios desde el mes de junio. El primero fue en el Llano de la Perdiz, el 9 de agosto; le siguieron otros dos que surgieron en el monte de San Miguel Alto y en el Barranco de los Naranjos. Una semana después de nuevo ardió, cerca del centro de menores. Desde entonces, el resto de incidencias sigue informado por Ideal.
Es inevitable que nos hagamos preguntas, como por ejemplo, por qué arden los lugares forestales. Los expertos han señalado algunos factores, como el abandono del medio natural; el cambio climático; la falta de inversiones en el sector forestal; la combinación urbano-forestal; y por último la intencionalidad en el origen de los incendios. Según las estadísticas oficiales, el 50% han sido provocados de manera deliberada, lo que señala que son responsables de más del 60% de la superficie arrasada por las llamas. En contraste, solo un 5% de los casos se deben a causas naturales, como rayos, o tormentas; un 28% corresponde a negligencias, descuidos o accidentes y todavía queda un 12% cuyo origen no se conoce. Se nos dice por los expertos que dentro de los incendios provocados hay dos tipos: los que buscan el lucro, cobrando un seguro, con la idea de cambiar el uso del suelo y también existen los pirómanos, que sienten placer al prender fuego. Por cierto actualmente hay nueve personas detenidas, ocho investigadas por la Policía Nacional, 33 detenidas y 85 investigadas por la Guardia Civil.
Hay otro tipo de causas que denominamos descuidos humanos: las quemas controladas para preparar el suelo para la agricultura y se pierde el control; dejar las fogatas encendidas, o las colillas de los cigarrillos; las maquinarias agrícolas, que pueden generar chispas al contacto con la vegetación seca. Y por último y no menos importante, no cabe duda de que las condiciones ambientales como la baja humedad, el calor extremo, combinado con sequías prolongadas, que resecan la vegetación. Estos parámetros nos indican que la mayoría de los incendios forestales se producen por causas humanas.
Cabe seguir respondiendo a las preguntas que nos hacemos sobre los efectos que producen los incendios forestales, que son terribles: acaban con todo tipo de seres vivos (especies de animales, vegetales…) secan mortalmente a las tierras. La pérdida de árboles y plantas ayudan a producir el oxígeno que necesitamos para vivir. El agua que se necesita para extinguir los incendios causa erosión en los suelos. La contaminación del aire, debido a los humos que se liberan a la atmósfera y, desde el punto de vista de la salud los efectos de la ceniza y los humos.
Estamos ante un fenómeno muy grave y complejo que requiere mucho esfuerzo para gestionarlo, mucho más de lo que se ha hecho hasta ahora.
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