El viaje de Eufrasio
La inteligencia artificial, la revolución que nos cambiará la vida y nos convertirá en seres del futuro. La gran mentira
Manuel Pedreira Romero
Viernes, 14 de abril 2023, 21:39
Háganme caso y nunca se queden solo en el titular de las noticias. Háganme caso si no quieren morir de aburrimiento. En el desarrollo de ... las noticias se encuentran a veces prodigios, auténticas pepitas de oro. Me ha sucedido esta mañana al leer que el Tribunal Supremo había comunicado al Ayuntamiento de Granada que ya podía acceder a la documentación donde se justifica la elección de La Coruña como sede de la agencia bla,bla,bla. Según informa este diario, Paco Cuenca envió a un representante municipal «para recoger los papeles y traerlos a la capital nazarí, donde están siendo analizados por los técnicos desde primera hora de ayer». Y llega el día en que un hombre emprende un viaje –ya inolvidable, querido Ramón– para hacerse con los documentos que pueden cambiar la historia de esta ciudad. Ese mismo día se han enviado 300.000 millones de correos electrónicos (con sus archivos adjuntos) en todo el mundo y Correos, solo Correos, ha despachado 600.000 paquetes. Sin embargo, el alcalde no se fía y resuelve enviar a Madrid a un funcionario a recoger el expediente, aunque en coherencia con lo sucedido habría que referirse al paquete como 'los legajos'.
Veo a Cuenca citando a un administrativo en el patio de armas, perdón, en el patio del ayuntamiento, y arengándolo con gesto serio. «Eres mi mejor hombre, Eufrasio. No te pediría algo así si no estuviese seguro de que dejarás hasta la última gota de sangre para traer esos papeles. Del éxito de esta empresa depende el pan de nuestros hijos, el futuro de las próximas generaciones, la propia supervivencia de Granada. Tú suerte será la nuestra. Que Dios te bendiga, hijo».
¿Cómo habrá ido Eufrasio a Madrid? ¿A caballo? ¿Acaso en una diligencia? ¿Por el camino habitual o por senderos ignotos? ¿En cuántas postas se habrá detenido a darle descanso a su montura? ¿Le habrán hecho rozaduras los mandiletes y el yelmo? También puede haber ido en avión o en AVE, si es que ha encontrado billete, o en autobús de línea. En este último caso, ¿a qué habrá dedicado la parada en Almuradiel? ¿a escribir un soneto? ¿quizás a desafiar en duelo a un pasajero demasiado hablador? Son preguntas que me azotan el cerebro desde esta mañana.
La inteligencia artificial, la revolución que nos cambiará la vida y nos convertirá en seres del futuro. La gran mentira si todo se sustancia en rollos de pergamino o se custodia en sobres lacrados. Diantres, qué temazo esto de la sede de la agencia. Todavía no se lo he contado a mi hija. Le hacía tanta ilusión que el otro día le aseguré que la sede ya estaba en Granada. Ahora estoy por decirle que se ha ido al cielo.
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