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La realidad y el deseo

La adopción predisponía un cierto drama y al adoptado se le presuponía un pasado turbio hecho de abandonos, desarraigos y hospicios

Manuel Pedreira Romero

Viernes, 15 de diciembre 2023, 23:06

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Eres adoptada. Esas dos palabras me parecían la manera más directa y contundente de herir a mi hermana pequeña cuando la escalada bélica escalaba de ... verdad en aquel cuarto de los juguetes, que entonces era toda la casa. Por supuesto no era verdad, pero yo tenía dos años y un día cuando ella apareció en nuestras vidas y esa circunstancia temporal bastaba para otorgarle presunción de veracidad a todo lo que salía por mi boca. En ciertos asuntos, mi palabra era palabra de Dios, infalible como el papa. Mi hermana no era tonta y no se lo creía, pero yo insistía con lo de la adopción y hasta pergeñaba alocadas historias sobre por qué nos habíamos tenido que encargar de ella cuando sus verdaderos padres la abandonaron. Nunca picó. El tonto era yo.

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