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Orden de prioridades

En lugar de arrancarse con una crítica feroz, a sangre, rotunda, decide echarse a andar por el desfiladero con los ojos vendados y a la pata coja. ¿Cómo que un «tema delicado»?

Manuel Pedreira Romero

Viernes, 25 de agosto 2023, 23:09

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Entonces llega Carlo Ancelotti, agarra, se pone, levanta la ceja y dice: «Es un tema delicado». Y lo suelta así, sin mirar atrás, con la ... falsa valentía de los locos. El italiano comparece para hablar sobre un partido que va a jugar su equipo pero enseguida le preguntan sobre Rubiales. Y con la osadía que solo puede permitirse un niño, un anciano o un enfermo desahuciado, comienza su respuesta con ese temerario «es un tema delicado». En lugar de arrancarse con una crítica feroz, a sangre, rotunda, decide echarse a andar por el desfiladero con los ojos vendados y a la pata coja. ¿Cómo que un «tema delicado»? Al oírle no supe si compadecerme o llamar a la policía. Es cierto que a continuación afirmó que el comportamiento de Rubiales no le había gustado nada y que no era propio de un presidente federativo, pero el daño ya estaba hecho.

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