Ese indio racista
Un chascarrillo inofensivo se convirtió, ¡alehop!, en un gestode racismo rotundo
Manuel Pedreira Romero
Viernes, 12 de abril 2024, 23:06
Hemos llegado a la Luna. Inventamos la imprenta, el teléfono e internet. Hace un lustro escaso alumbramos una vacuna en tiempo récord que zanjó una ... pandemia que amenazaba con borrarnos de la faz de la tierra. Por no hablar de esas otras vacunas que han liquidado enfermedades que antaño mataron a millones de personas. Pero atención, la humanidad se acerca ahora al momento culminante de su historia, al punto máximo de su evolución. Esa jornada memorable llegará, como muchos de ustedes ya presienten, el día en que la inteligencia artificial sustituya a los locutores de radio y televisión, a los periodistas y opinadores de la prensa escrita, a los comentaristas, a todo cristo en general, para que de ninguna manera pueda pronunciarse una sola frase, una mínima palabra, por la que nadie se pueda sentir ofendido.
Andaba el Mono Burgos observando las habilidades de Lamine Yamal con el balón, los malabarismos del futbolista del Barça, cuando se le ocurrió lanzarle un halago: «Si no le va bien (en el fútbol), termina en un semáforo». Y de ahí, a la tumba. Horas después, Movistar anunció a bombo y platillo que el Mono Burgos (ese indio racista) dejaba de colaborar con la plataforma y que el resto de participantes en la tertulia serían apercibidos por no haberle afeado el comentario al exportero atlético. De este modo, un chascarrillo inofensivo se transformó, ¡alehop!, en un gesto de racismo rotundo por parte de Movistar. La relación entre hacer malabares en un semáforo y el color de piel del jugador no la hizo el Mono Burgos (ese indio racista). La hizo Movistar al despedirlo.
Desmontemos la frase. Si llega a decir: «Lamine es muy hábil con el balón. Si no le va bien en el fútbol, podría dar exhibiciones en el descanso de los partidos o en el Circo del Sol», no habría habido ningún problema, ¿verdad? Pero lo de los semáforos es de desharrapados, es indigno, es de fracasados... es de negros. Esta última conclusión es exclusiva de los censores de Movistar, no del autor de la frase (ese indio racista), que se ha hartado de dar explicaciones y de pedir (innecesarias) disculpas tras el incidente. Intento estéril.
Uno hubiese esperado de Movistar una reacción valiente y justa: «No compartimos los comentarios expresados por el Mono Burgos pero, en atención a su trayectoria en esta casa, impecable hasta ahora, confirmamos que seguirá en el equipo de comentaristas». Pero no, se han cagado, han pensado que si hacían eso se los comerían en las redes y han decidido sacar el pulgar hacia abajo y empujarlo a los leones. Mientras, sus compañeros de tertulia respiran aliviados. No han sido despedidos. Podrán seguir torturando y matando negros.
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