Hijos de pastores
Gobernar es tener cintura, ser capaz de adaptarte a la mudable realidad sin renunciar, eso sí, a tus principios
Manuel Pedreira Romero
Viernes, 24 de enero 2025, 23:14
Procede más que ninguna otra la propuesta del Gobierno para reformular el acceso a la judicatura y propiciar que haya muchos magistrados hijos de pastores. ... La fachosfera se ha apresurado a cuestionar la oportunidad de esa reforma y, entre otros argumentos, ha subrayado que, pese a tratarse de un asunto de calado, no aparece por ningún lado en el programa electoral con el que concurrió el PSOE a las últimas elecciones generales. Esa supuesta tara no deja de ser, sin embargo, una expresión más de la agilidad con la que este Gobierno reacciona a los desafíos que cada día se le presentan. El programa, programa, programa marca un camino pero no es un dogma estático. Gobernar es tener cintura, ser capaz de adaptarte a la mudable realidad sin renunciar, eso sí, a tus principios, que han de ser reajustados, o matizados, o modificados, o cambiados por los principios contrarios si eso te garantiza mantenerte en el poder.
Nadie había previsto que una dana feroz iba a arrasar a toda una comarca de Valencia y, en unas pocas semanas, se han articulado los medios y las ayudas necesarias para socorrer a los damnificados. Tampoco nadie había previsto que los jueces iban a seguir haciendo su trabajo como si tal cosa, aunque ello implicara investigar al entorno familiar y político más cercano al presidente por la presunta comisión de varios delitos de corrupción. Por eso, en un alarde de diligencia, el Gobierno ha caído en la cuenta de que no basta con la presión que a diario ejercen los ministros sobre el poder judicial, en una arremetida contra la separación de poderes que no conoce precedentes, sino que ha decidido actuar a la corta y a la larga, promoviendo reformas legislativas de peso.
A corto plazo, se modifica la figura de la acción popular para dejar en los huesos las investigaciones sobre la esposa y el hermano del presidente. A la larga, se propone una ley que, más allá de sus efectos concretos, alienta la idea de que los jueces son de derechas porque preparar una oposición tan compleja implica tener pasta para pagar al preparador y vivir durante un lustro sin ingresar un euro, y eso solo se lo puede permitir gente con parné, por tanto, de derechas. Conviene, por tanto, corregir esa desviación del camino correcto, como también en un futuro cercano se habrá de supervisar el acceso a las unidades policiales de investigación para evitar tentaciones antidemocráticas como indagar en las actividades del partido del gobierno, y así sucesivamente.
Solo queda animar al Gobierno para que no se deje amedrentar por quienes ven en estos movimientos un monumental ejercicio de cinismo. Habrase visto.
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