El encantador de serpientes
La mujer, el hermano y el fiscal, que no es una película para adultos, siguen en el mismo sitio
Manuel Pedreira Romero
Viernes, 13 de junio 2025, 23:37
España es un circo y uno no sabe si le ha tocado el papel del loro que pedalea en una bicicleta, el del malabarista que ... lanza y agarra siete bolos sin que se le caiga ninguno o el del trapecista que vuela bajo la carpa de un lado a otro sin una red que le salve la vida y le permita repetir la función al día siguiente. Sé que no soy un payaso porque la gente que hace reír me infunde más respeto que quien me hace llorar. Es por tanto con el tragafuegos con quien más me siento identificado porque la actualidad es un menú de sapos incandescentes que se empeñan en colarse en nuestras gargantas y dejarlas hechas unos zorros hasta el punto de que no podamos ni gritar socorro.
La UCO nos atropella con sus informes y en el momento de escribir estas líneas, a Santos Cerdán ya lo han enviado a galeras con Ábalos y Koldo. La mujer, el hermano y el fiscal, que no es el título de una película para adultos, siguen en el mismo sitio, en el lado bueno, pero esto puede cambiar en cualquier momento, que ni con tres bolas de partido tienes nada asegurado. Como buen circo, la acción se desarrolla en varias pistas y, aunque los contorsionistas han reemplazado ahora a los acróbatas, no quiero dejarme atrás uno de los shows más recientes y sabrosos.
Fue en la conferencia de presidentes autonómicos a cuenta de los pinganillos. Isabel lo volvió a enmierdar todo. Sus formas, de nuevo, empañaron el fondo. La chiquilla es así. Tiene una vis dramática demasiado vigorosa. Tanto que el foco apunta al gesto y desprecia el meollo. Lo mollar en este caso no era el quita y pon del pinganillo, que ya puestos podría habérselo tragado y escupido después, o colocárselo en el escote al lado de unos nardos y ya el debate habría girado sobre si son naturales o de plástico. Los nardos. No llegó a tanto la performance pero el efecto fue el mismo.
Isabel Díaz Ayuso revienta la estrategia de Feijóo y vuelve a ir por libre. Isabel Díaz Ayuso escupe a las lenguas cooficiales al largarse cuando el lehendakari empezó a hablar en euskera. Ese fue el titular que dejó el encuentro de los presidentes. Y lo mollar no era el show de Ayuso sino el absurdo de que un grupo de gente que comparte un idioma tenga que recurrir a un intérprete para entenderse. Y que nos gastemos 12.000 euros en la broma ¿Es que estamos tontos? Esto se lo cuentas a un marciano y se piensa mucho si aterrizar o no.
El lehendakari se reúne cada martes con sus quince consejeros para despachar los asuntos de su territorio. ¿Saben en qué idioma hablan? En euskera no, desde luego, pues al menos un tercio de sus consejeros no pasan del kaixo y el agur. Hala, les dejo con el encantador de serpientes.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.