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La zaranda

Cólera, indolencia y protesta

En la Antigüedad clásica, la indolencia ante la injusticia no se veía solo como un defecto personal, sino como un mal social que desestabilizaba la polis.

MANUEL MOLINA

JAÉN

Domingo, 21 de septiembre 2025, 10:53

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En el último canto de la Ilíada se narra el momento en que el rey Príamo, padre de Héctor, se dirige al campamento de los ... aqueos para suplicar a un Aquiles colérico y vengativo que le entregue el cuerpo de su hijo, al que ha matado. El rey se humilla ante él, besando sus manos y con súplicas, y le solicita piedad. Aquiles se conmueve, vencido por el dolor y la compasión, acepta y le devuelve el cuerpo de Héctor para que los troyanos puedan celebrar sus ritos funerarios, para que el fallecido pueda también descansar en paz. Ese gesto de misericordia provoca en Aquiles la virtud, que lo aleja de la ira y lo aplaca. En las religiones monoteístas esta es una característica de la divinidad, con la que se obsequia al ser humano, la misericordia. Si los que provocan el genocidio palestino creen en un dios deberían ser misericordes, como también debieron serlo quienes secuestraron a los israelitas del detonante, pero es desproporcionada la cólera resultante.

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