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La Zaranda

Agricultura

Resulta obvio también que la población dedicada a esta tarea ha envejecido y no encuentra recambio generacional para su viabilidad.

Manuel Molina

Sábado, 17 de febrero 2024, 22:17

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Me crié en el campo junto a mis familiares, que vivían de este como jornaleros y con unas escasas tierras que producían lo que se ... llamaba 'el aceite del año'; ni más ni menos que el destinado a su consumo interno durante unos meses. Mi madre fue consciente de la dureza e incertidumbre que provocaba vivir en un mundo marcado por la agricultura. «Estudia, que los olivos siempre van a estar ahí». Se repetía el mantra incómodo, pero aquellas extenuantes jornadas de cuidado de la tierra y recolección del fruto en proporción a lo obtenido me hicieron mella y tuve la suerte de poder empañarme y conseguir no vivir del campo. Siempre me he alegrado. Otros amigos de la infancia y familiares viven bien y han logrado con su meritorio esfuerzo y dedicación obtener bastantes beneficios dedicándose a esa tarea como profesión. No soy el único ejemplo, en las última décadas de casi un millón y medio de agricultores dados de alta en Francia se ha pasado a cuatrocientos mil. Tienen buenas casas, buenos coches y una buena cuenta bancaria, pero no me cambiaría. Resulta obvio también que la población dedicada a esta tarea ha envejecido y no encuentra recambio generacional para su viabilidad.

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