Lorca y el patriotismo
Puerta Real ·
En 1917, con diecinueve años y en plena guerra mundial, Lorca escribió un esclarecedor artículo sobre el patriotismojuan santaella
Miércoles, 6 de mayo 2020, 22:50
Aunque el contexto histórico actual es diferente, la exaltación actual de los nacionalismos patrióticos –el norteamericano, el inglés, el catalán, el vasco o el español– ... actualiza muchas de sus afirmaciones.
Según nuestro poeta, nos hicieron creer que el patriotismo es un sentimiento simbolizado en himnos y banderas, por el cual todo un pueblo puede lanzarse contra otro. Pero es preciso acabar con ese concepto, nos dice, porque basándose en eso, pueden «surgir los monstruos de la guerra». Muchas veces, por patriotismo, mal entendido, nacieron los males de la tierra, y los odios entre las personas.
Desde pequeños, afirma el joven Lorca, en vez de enseñarnos a amarnos y ayudarnos, nos enseñan la deplorable historia de nuestro país salpicado de sangre y de odios. Además, nos dicen: «Dios creó a los hombres para ampararnos exclusivamente a nosotros, a los cristianos...». Y los niños ven inferiores a las demás razas. En las escuelas, «en vez de enseñar la inefable luminosidad del Evangelio de Jesús, enseñan la apoteosis de la crueldad y la razón espantosa de la fuerza». El patriotismo, mal entendido, borró de la historia, según él, a los espíritus débiles pero llenos de amor. Para Federico, las escuelas deberían formar ciudadanos amantes de la paz, contándoles que España fue la cuna de Teresa, la admirable; de Juan (de Ávila), el maravilloso; de Don Quijote, el divino... Hay que inculcar a los niños, concluye, el amor a toda la humanidad, y el odio a las espadas.
Aunque la Patria sea nuestra segunda madre, no se puede aceptar que, en nombre de ella, algunos desalmados nos induzcan a la violencia entre españoles o con otras razas, porque, además de la madre que nos dio el ser, hay una tercera madre, «la humanidad, cuna de todos los hombres, en la que debe reinar el amor y la igualdad».
Por falso patriotismo, Europa vivió su máxima barbarie, España sufrió una guerra cruel, los terroristas vascos asesinaron a muchos inocentes, y en Cataluña se impuso, recientemente, la violencia institucional y social; por falso patriotismo, mataron a Federico con 38 años; y, por falso patriotismo, algunos radicales quieren revivir el odio, a propósito de la pandemia mundial más terrible del último milenio, mediante injurias y calumnias, para destituir al Gobierno legítimo, de manera antidemocrática.
Nuestra Patria son los hombres y mujeres de España, y los patriotas de verdad se sacrifican para hacerlos felices. Los auténticos patriotas pagan religiosamente sus impuestos, y son pacíficos, honrados, dialogantes, comprensivos, buenos profesionales, y solidarios, especialmente con los débiles, aunque sean extranjeros. Recientemente, Angela Merkel, contestaba así a la extrema derecha de su país: «La libertad de expresión tiene sus límites, y esos límites empiezan cuando se extiende el odio, y cuando la dignidad de otras personas es violada. Este Parlamento debe hacer frente a los discursos extremistas, porque si no lo hace así, esta sociedad dejará de ser una sociedad libre».
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