Libros para leerlos
La Carrera ·
La lectura es una de las piedras angulares para la adquisición de conocimientoAlfredo Ybarra
Miércoles, 22 de abril 2020, 03:23
Como ocurre con todo en estos tiempos retorcidos de pandemia, el Día Internacional de Libro, que se celebra el 23 de abril, o sea, mañana ... jueves, va a ser una celebración extraña y desmochada. Precisamente ahora en que muchas personas desde el arenal del confinamiento han visto en los libros en el tradicional soporte de papel y electrónico, unos buenos compañeros de travesía, aumentando los usuales índices lectores. No habrá puestos de libros en las calles, sin ofertas en los escaparates de las librerías, sin actos en torno al libro. La pandemia ha obligado a instituciones, y entidades del sector a reformular este Día Internacional del Libro, una efeméride establecida en memoria de la fecha en la que fallecieron Cervantes, y Shakespeare, aunque con baile de ajustes de calendario respecto a este último. También un 23 de abril fallecía el Inca Garcilaso, escritor e historiador, el primer mestizo racial y cultural de América. Las tradicionales lecturas presenciales de partes del Quijote serán este año virtuales. Todo se ha pospuesto, o, repensado, se ha trasladado o a internet. La ceremonia de entrega del premio Cervantes correspondiente a 2019 y que iba a recibir el poeta Joan Margarit (Sanaüja, Lleida, 1938), que iba a tener lugar mañana, igualmente se ha aplazado. Un Margarit, que atraviesa con su larga obra certezas ramblas y desvanes, y dice: «(…) Pero una herida/es también un lugar donde vivir. (…) Fue allí donde empezó la poesía, /difícil y sin falsas esperanzas. / He hecho siempre como el jabalí, / que busca y, delicado, escoge y come/ el bulbo -conocido como el orquis–/ de la orquídea.»
La lectura es una de las piedras angulares para la adquisición de conocimiento. La lectura forma parte de un placer y de una felicidad, muy alejados del endeble y fluctuante bienestar del voraz consumismo que hemos alentado en la sociedad del hiperliberalismo económico actual. Los libros acercan a la plenitud que se halla cuando uno desarrolla su fantasía, su memoria, las emociones, la reflexión crítica, la imaginación, la razón. Vargas Llosa dice que «Seríamos peores de lo que somos sin los buenos libros que leímos, más conformistas, menos insumisos y el espíritu crítico, motor del progreso, ni siquiera existiría». Leer posiblemente es la mejor herramienta que nos hace descubrir las puertas y ventanas en la oscuridad de nuestros intramuros. Emilio Lledó autor andaluz del año nos enseña que no leemos los libros, sino que los libros nos leen a nosotros. Además de alimentar la imaginación y favorecer la concentración, la lectura ayuda a mejorar la empatía. La lectura ha sido siempre vehículo para la democracia. Pensemos como en países totalitarios la lectura se ha perseguido o intentado controlar con mano de hierro. Y es que ha contribuido a desarrollar el conocimiento de las cosas, favoreciendo la libertad de expresión. Decía Flaubert: que no leía para aprender, sino para vivir, que no es poca cosa. Pensando en nuestra mismidad, en nuestro ser, esa es la piedra angular, leer nos abre a la vida, nos ayuda a alcanzar eso que llamamos plenitud.
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