¡Cómo leemos y escribimos los números!
Hay cosas que tienen una duración marcada por los números; no tiene sentido decir que «saldremos dentro de breves minutos»: todos los minutos duran sesenta segundos
Sábado, 19 de diciembre 2020, 23:16
Hay un pequeño desconcierto en el manejo de los números a la hora de hablar o escribir, una cierta dislexia, una descoordinación motora. Me refiero ... a las manifestaciones escritas o habladas en los medios de comunicación de masas, en los medios serios y cuidados, no en las redes sociales donde domina la perentoriedad. Veamos esta cuestión a través del método de 'error-corrección'.
La cuantificación o la medida de algo se puede expresar con números, 'tres flores', o con fórmulas menos precisas, 'mucha agua', un numeral genérico. Hay cosas que tienen una duración marcada por los números; no tiene sentido decir que «saldremos dentro de breves minutos»: todos los minutos duran sesenta segundos. Hay cosas que están dejando de ser numerables: hablar de una 'cuarentena' de quince días o de diez días; las cuarentenas de la crianza materna siempre han durado 40 días, y la cuaresma también, y la estancia de Jesús en el desierto también; pues veremos como la Academia cede y pondrá: «tiempo discrecional de aislamiento en pandemias». No vale equiparar los conjuntos como 'decenio' a década, es decir, las escalas de un siglo, 'década de los ochenta': década clasifica, decenio reúne. Decena es conjunto de diez unidades, como veintena, centena lo son de veinte y cien. 'Sendos' no son dos, sino los correspondientes: «España ganó por tres a cero y Morata marcó sendos goles». Y hablando de los conjuntos del fútbol, nada de 'dupla central' ni 'rombo medular' ni laterales avanzados'; siempre se ha hablado de los siguientes conjuntos: 'dúo central', 'cuarteto medular' y 'trío atacante' (en mis tiempos 'quinteto atacante').
Los numerales se pueden escribir con cifras o con palabras. Entre nosotros solemos escribir con palabras desde el cero al veintinueve: nada de «tiene 5 hijos», ni «está poblado por 2 millones de personas», ni «falta 1 día para las elecciones USA» (escrito en TVE, cuando debería escribir 'un día'). Por aquí hay gente que dice 'diciocho; recuerdo que alguien me corrigió al decir yo 'vintidós'. Ahora bien, lo que no encaja es oír: «En Europa hemos llegado a once mil millones de contagios» (dice la chica del telediario de TVE), mientras que la del telediario de Canalsur lee: «En Europa hemos llegado a once millones de contagios». Y la chica de la Trece dice: «Se fabricarán este año 50 millones de vacunas, y en 2021 un millón trescientas mil», cuando lo escrito reza: «1.300 millones». Ahhh! Por lo menos, léanme bien, porque lo escrito es correcto. Que no les pase lo que al presidente de nuestro gobierno, que confunde Felipe VI con Felipe II o a la chica de Podemos que decía 'Felipe IV'.
Se escriben con cifras los números que exigen el empleo de cuatro o más palabras en su escritura con numerales: «Se recibieron 32.423 solicitudes». También los números que indican año: El 'año 2000'. Nada de 2.000, así punteado, tan bonito; ni 2.020, año tan feo. El prof. De Molina y yo, en 2005, llegamos a formular por pedagogía el siguiente aserto: «El año 2000 es un nombre; 2.000 pesetas es una cifra». También se utilizará las cifras para los números formados por una parte entera y otra decimal: «La deuda asciende a 1.5 (o 1,5) millones de euros». En Latinoamérica se utiliza la coma baja para expresar esa cantidad. Hay que saberlo y aceptarlo. No se considera correcta la combinación de cifras y palabras en la escritura de un numeral compuesto: '30 y siete'. Los números deben escribirse enteramente en cifras o enteramente en palabras. Únicamente las cantidades que tienen como base un sustantivo numeral, como 'millar, millón, millardo, billón, trillón y cuatrillón', admiten la mezcla de cifras y palabras en su escritura: '15 millares; 300 millones; 13.3 (o 13,3) billones de euros'. Pero hay que saber el valor de 'millardo', que Sánchez no lo sabía en su tesis.
Los números ordinales se pueden escribir con una sola palabra, 'primero', o con dos, 'vigésimo octavo'; los ordinales del 11 y del 12 son 'undécimo, duodécimo', pero también 'decimoprimero, decimosegundo'. Antes no, ahora sí. Y el jaleo del nombre de las ediciones del diccionario académico: que si 'vigésima segunda edición', que si 'vigesimotercera edición'. Parece una tontería, una quisquillosidad propia de académicos sobrados de tiempo, pero la cuestión es: ¿una palabra, dos palabras, una palabra compuesta?
Los numerales fraccionarios aluden a fracciones de una unidad segmentable, 'media plantilla (equivale a la cifra ½), un cuarto litro (equivale a la cifra ¼), el doceavo (fraccionario de 1/12), una milésima de segundo (1/1.000)'. El ministro Javier Solana decía: «Es la doceava vez que lo afirmo»; utiliza el número fraccionario por el ordinal. Debía decir: «Es la vigésima vez que lo afirmo». Pensándolo bien, el ministro en su momento llevaba razón: el diccionario dice en 2005 que doceavo y duodécimo son lo mismo; tuvo que venir el cachondeo general para que en 2009 el gramático Salvador Gutiérrez distinguiera entre fraccionario y ordinal, y el diccionario de 2014 redactara: «Una de las doce partes iguales en que se divide un todo».
Los numerales multiplicativos expresan el resultado de multiplicar una cantidad por un número natural, 'doble'; cuando la lengua no tiene términos suficientes, se acude a fórmulas como 'siete veces más'. 'Setenta veces siete' es una frase bíblica que en hebreo significa muchas veces, una jartá, una cantidad no numerable, como 'las mil y quinientas' nuestra.
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