La ola ultraderechista
Los docentes pretenden contrarrestar, con datos, esta avalancha
Juan Santaella
Miércoles, 30 de abril 2025, 23:48
Desde hace tiempo, en TikTok, Instagram y YouTube aparecen vídeos defendiendo el franquismo, donde se afirma que la dictadura no fue tan mala o que ... da igual vivir en democracia que en dictadura. Manuel Mariscal, diputado de Vox, afirmó en el Parlamento que «gracias a las redes sociales» muchos jóvenes están descubriendo las verdades sobre el franquismo, «que fue una etapa de reconstrucción, de progreso y de reconciliación nacional». Esta influencia se trasluce en la intención de voto: un 36,1% de chicos y un 15,1% de chicas, de 18 a 28 años, están decididos a votar a VOX, según el Instituto 40dB; cuando en la población en general es del 14,6%.
Oriol Bartomeu, Director del Instituto de Ciencias Sociales de la Autónoma de Barcelona, y su equipo, se han alarmado de la incidencia de los influencers de extrema derecha en los jóvenes. El mensaje de odio que transmiten los engancha. Franco y VOX son palabras utilizadas con asiduidad y con carácter positivo. Frente a esto, hay que debatir en clase sobre la dictadura, para eliminar los bulos. Todo esto se transmite a través de los móviles, por eso, algunos docentes consideran conveniente que los alumnos los lleven a clase, para contrastar lo que ven de forma manipulada, y lo que deben saber de manera objetiva y científica.
Gutmaro Gómez Bravo, Catedrático de Historia, y Director del Grupo de Investigación de la Guerra Civil de la UCM, en su libro 'Los descendientes', afirma que sus hijos de 16 y 18 años sostienen la misma versión que los sublevados utilizaban para justificar la Guerra: «Fue fruto de la violencia de la Segunda República, y Franco solo resolvió un problema», y otros disparates parecidos. Aunque los jóvenes asuman que Franco fue un dictador, no lo ven como algo malo, porque eso es lo que dicen las redes sociales. Un estudio realizado en centros públicos y privados de Madrid, Valencia y Sevilla, rebeló, en 2022, las profundas lagunas de los jóvenes españoles: sabían más sobre el Holocausto que sobre la represión y los crímenes franquistas. Para Gutmaro, la Administración Educativa debe controlar esto, porque se está haciendo una revisión manipulada del pasado.
Por eso no es descabellado, sino muy conveniente, que, con motivo del cincuentenario de la democracia en España, en este año 2025 se debata en las aulas el contraste entre dictadura y democracia. Frente a la grandeza de la práctica de las libertades, y sus logros, hay que transmitir a las nuevas generaciones qué supuso la dictadura, incluso después de la Guerra: ausencia de derechos y libertades, persecución de los oponentes, torturas, cárceles y muerte.
«A finales del siglo XX, la democracia era frágil, pero hoy, en 2025, está en quiebra. Solo las sociedades civiles pueden cuidarla. Y el futuro de esas sociedades son los jóvenes, a los que se les está diciendo que entre una dictadura y una democracia no hay diferencia», afirmaba el Catedrático de Historia, Julián Casanova, en la presentación de su libro 'Franco', de gran éxito editorial, que debería ser de estudio obligado en los centros de bachillerato. Como decía Theodor Adorno, filósofo alemán, «la exigencia de que Auschwitz no se repita es la primera de todas en la educación… Cualquier debate sobre ideales de educación es vano e indiferente en comparación con este: que Auschwitz no se repita».
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