Es necesario confiar en la democracia, frente a la intolerancia
Este pasado viernes se celebraron en Oviedo los premios Princesa de Asturias. Para la Princesa Leonor, la convivencia es el único camino posible para conseguir ... el progreso, lo cual conlleva confiar en la justicia, y no en la arbitrariedad; en la democracia, no en la intolerancia; en el Estado Social de Derecho, no en el abuso de poder; en los derechos humanos, no en la indiferencia; y en el respeto a todos. No se olvidó de los vulnerables: de los jóvenes, de las personas mayores, de los niños y niñas en riesgo de pobreza… Es necesario, dijo, «tratar bien al prójimo».
El Rey Felipe, tras reconocer los grandes méritos que adornan a los premiados: Byung-Chul Han, filósofo comprometido; Douglas Massey, analista objetivo de las migraciones; Mary Claire King, genetista; Eduardo Mendoza, escritor; Serena Williams, deportista; Graciela Iturbide, fotógrafa; Mario Draghi, político europeísta; y el Museo de Antropología de México; manifestaba que frente a la contradicción mundial de hoy: un individualismo radical, que conduce a la indiferencia y a la soledad; y una pulsión globalizadora que todo lo homogeniza, hay que colocar la educación, como pilar base de la democracia. «Educar en valores, decía, es encontrar el camino intermedio entre el respeto por lo colectivo y el complejo universo moral que hay en el individuo, y que se perfecciona en la convivencia».
Tras las intervenciones de Eduardo Mendoza, irónica y comprometida: «No me gusta el mundo tal y como lo veo»; y la de Graciela Iturbide; Mario Draghi, expresidente del BCE, y ex primer ministro italiano, lamentó las enormes dificultades de Europa, pues casi todos sus principios originarios están en entredicho. Frente al multilateralismo, prevalece el unilateralismo; frente a la diplomacia y el diálogo, el poder militar duro; frente al compromiso climático, el desinterés de muchos... Hoy se requieren inversiones compartidas, pero su ejecución queda en manos de los países, lo cual genera división y controversia. «El futuro de Europa, por necesidad, debe ser un viaje hacia el federalismo. Ese es el único camino viable».
El discurso más impactante lo pronunció el filósofo alemán de origen surcoreano, Byung-Chul Han, premio de Comunicación y Humanidades, que criticó el sistema neoliberal, porque ofrece una libertad ficticia basada en la autoexplotación. Con el neoliberalismo pensamos que vivimos más libres y felices, cuando este sistema explota la libertad: nuestra sociedad del rendimiento se siente libre pero está regida «por el poder hacer», que a la alarga produce más coacción que los antiguos «debes», pues nos autoexplotamos, y, por eso, vivimos en la «sociedad del cansancio». La tecnología, que podría haber sido un magnífico invento, al final ha servido para difundir el odio y las fake news, y para crear polarización. Dicha tecnología, incluida la IA, sin control público, sin ética, puede ser monstruosa y esclavizar al ser humano. Por otra parte, para conservar la democracia, afirmaba, se necesitan ciertas virtudes: «Sentido común, responsabilidad, confianza, amistad y respeto, especialmente respeto, como cemento social». Sin ellas, la democracia se vacía y la política se convierte en lucha de poder. Por último, advirtió de las crecientes desigualdades que generan los sistemas neoliberales, y que «crean una brecha por la que se despeña la clase media, y por los miedos que esto produce, se empuja a la gente a los brazos de los autócratas y populistas».
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