El Gran Teatro del Mundo
Ama al otro como a ti, y obra bien que Dios es Dios
Juan Santaella
Miércoles, 21 de junio 2023, 23:24
La Compañía Teatral Mira de Amescua representó la semana pasada, en el Corral del Carbón, 'El Gran Teatro del Mundo', auto sacramental de Calderón de ... la Barca, que plantea un tema acuciante: la vida no es real, es una representación, un teatro, donde cada uno ocupa el papel asignado, hasta el fin de la función: la muerte. Este tema ya lo había desarrollado Calderón en 'La vida es sueño'.
Hay además un segundo tema, la fugacidad de la vida, que había alcanzado su cénit con Jorge Manrique: el tiempo pasa, los bienes terrenales son caducos, y la muerte nos acecha. La copla primera de Manrique es un dechado de perfección: «Recuerde el alma dormida,/ avive el seso y despierte/ contemplando/ cómo se pasa la vida,/ cómo se viene la muerte, / tan callando, / cuán presto se va el placer; /…»
Y hay, en el auto, un tercer tema muy polémico en tiempos de Calderón (1600-1681): la libertad humana frente a la predestinación divina, que había enfrentado unos años antes a los teólogos. Calderón, jesuita, siempre defendió, como Molina, la libertad humana para conseguir la salvación, frente a Báñez y, luego Lutero, que defendían la predestinación.
En esta obra de teatro dentro del teatro, encontramos a un Autor de Comedias (Dios), representado por Francisco Bueno. Este le encomienda al Mundo (Antonio Pérez Casanova) que organice una representación en la que participen, como personajes, el Rey (José Macario), el Rico (Armando Ordóñez), el Pobre (Juan Ramón Hidalgo), el Labrador (Juan Antonio Rodríguez), la hermosura (Esther Rodríguez), y la Discreción (María Solórzano). Al final, tras desempeñar mejor o peor sus papeles, el Pobre y la Discreción son premiados con la Gloria; el Rico es condenado; y el Rey, el Labrador y la Hermosura deben purgar sus faltas. La Ley de Gracia, la Sabiduría, (Sensi Martínez) les iba repitiendo a los personajes, cuando tenían dudas de comportamiento: «Ama al otro como a ti,/ y obra bien, que Dios es Dios».
La Compañía Mira de Amescua, nacida en 1994, para representar autos sacramentales, ha llevado este género a ciudades y pueblos. En Granada actúan desde 1995. Sus miembros, casi todos docentes, pretenden, como García Lorca, «sacar los versos de Calderón y de Lope del fondo de las bibliotecas, arrebatárselos a los eruditos y devolverlos a la luz del sol y al aire de los pueblos». Su fundador fue Germán Tejerizo. Hoy la dirige Antonio Robles Ordóñez, y no cuenta con subvenciones públicas ni privadas. No son profesionales de la escena, aunque por capacidad interpretativa podrían serlo. Han representado múltiples obras de Calderón, así como de Lope, Mira de Amescua, Gerardo Diego, Joaquín Calvo Sotelo…; y han actuado también en Toledo, Málaga, Sevilla, Pamplona, Ciudad Real, y en multitud de pueblos granadinos, llenando siempre los espacios donde actúan.
El mensaje que este Auto nos transmite tiene plena vigencia. Frente a las incertidumbres reinantes, hoy precisamos, tal como el Auto transmite, unos sólidos principios morales sobre los que fundamentar nuestra existencia: estamos de paso; representamos un papel; la vida es breve y hay que hacer cosas importantes; debemos buscar siempre el bien del otro, porque solo así encontraremos la felicidad y daremos sentido a nuestra vida: «Ama al otro como a ti, y obra bien que Dios es Dios».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión