Continúa la estabilidad en Euskadi
El Parlamento Vasco resultante es más nacionalista y más de izquierdas
Juan Santaella
Jueves, 25 de abril 2024, 00:08
Con una alta participación (62,5%), y con una campaña tranquila y respetuosa, se han celebrado las elecciones vascas, ganadas por el PNV, con 27 ... escaños. Con los doce obtenidos por el PSE obtienen mayoría absoluta. Estos resultados nos sugieren las siguientes reflexiones:
1.- El PNV gana en votos y empata en escaños con Bildu (27), aunque pierde cuatro. Su bajada guarda relación con el hartazgo del pueblo vasco (ha gobernado 40 años de 43 posibles), y con el deterioro producido en sanidad, educación (véase el informe PISA), dependencia, empleo y vivienda, entre otros.
2.-El incremento de Bildu (de 21 a 27 escaños) se explica por dos razones: los seis escaños de Podemos pasan íntegros a esta formación; y ha sabido dar respuesta a las demandas sociales de la ciudadanía, tal y como ha hecho en el Parlamento Nacional (salario mínimo vital, estabilidad laboral, vivienda, salud, educación…).
3.-El PSE obtiene 12 escaños, dos más que antes, y será el partido angular del nuevo Parlamento. Sin su presencia, el PNV no podría formar gobierno. Será determinante en los próximos cuatro años, y su triunfo es extensible al socialismo español, al Gobierno de la Nación, y a Pedro Sánchez, que seguirá manteniendo el apoyo de Bildu y PNV.
4.-Las fuerzas de la derecha no nacionalistas, PP y Vox no consiguen sus objetivos. El PP, con siete escaños (uno más), no logra eliminar a Vox; y éste solo ha podido revalidar el escaño que tenía. La derecha en Euskadi es residual, y no tendrán ninguna incidencia en el devenir del Gobierno Vasco. Sus políticas respecto a este territorio son erráticas, y los resultados así lo demuestran.
5.-A la izquierda del PSE la debacle ha sido aún mayor. La segunda derrota, tras las elecciones gallegas. Podemos ha sido borrado del mapa, y Sumar solo ha obtenido un diputado. Unidas hubieran obtenido un mejor resultado, pero Podemos se empecina en ir por libre, cuando carece ya de apoyo popular.
En conclusión, aunque se han incrementado las fuerzas nacionalistas (PNV y Bildu), sin embargo, solo uno de cada cinco vascos se declara independentista. Bildu, a pesar de su incremento, ha demostrado estar inmadura para gobernar. Los titubeos de su líder sobre si ETA es una banda terrorista y el perdón posterior solicitado a las víctimas, denota una incoherencia tal que, aunque el pueblo vasco parece no darle importancia (véase el resultado electoral), en el resto de España no lo podemos asumir. Aún le quedan muchos retos que superar a Bildu, como muy bien ha dicho su propio líder Pello Otxandiano.
Euskadi cada día vive de manera más consciente y responsable la democracia. Los monstruos del pasado ya no existen y el terror ha dado paso a la sensatez y a la libertad. No entienden Euskadi los que afirman que ETA está viva, o que Bildu es ETA, o que esta fuerza está siendo alimentada desde Madrid. Nada de esto es verdad. Hay un proceso histórico en marcha: los votantes a la izquierda del PSOE han abandonado a Podemos, y, en ciertas Comunidades Históricas se cobijan en partidos nacionalistas (ocurrió en Galicia con el BNG, que obtuvo 25 escaños; y, ahora, ocurre en Euskadi, con Bildu). No es un proceso extraño ni peligroso. Es, simplemente, la libertad de voto de los ciudadanos.
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