El 'seílla' de Sánchez
«¿Recuerdan aquel memorable tuit audiovisual de José Luis Ábalos? 'Soy feminista porque soy socialista'. Pues ya han encontrado la respuesta. En mi caso no soy socialista porque soy feminista»
Juan Sánchez
Periodista
Lunes, 8 de diciembre 2025, 22:06
El miércoles de la semana pasada mientras comía escuchaba de fondo el informativo de mediodía de una cadena de televisión privada cuando de repente algo ... llamó poderosamente mi atención, hasta el punto de dejar la cuchara apoyada en el plato, darme la vuelta y dirigir la mirada a la pantalla. «Hoy estamos aquí para que España fabrique coches eléctricos tan competitivos como permita nuestro talento y tan económicos como para que los españoles se los puedan permitir». De este modo arrancaba el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la presentación del 'Plan España Auto 2030'. Mi indignación se disparó a la vez que me tranquilizaba saber que ya tenía referencia argumental para mi tribuna de los martes.
Si hubiera llevado uniforme militar pensaría que estaba escuchando al Franco 3.0. Como el dictador, el primer ministro español hacía gala de su proyecto para popularizar el acceso a los automóviles en su caso eléctricos, en el del generalísimo, de combustión. Sí, porque del mismo modo que el SEAT 600 se fabricó para que las clases medias españolas tuvieran una nueva comodidad para sus desplazamientos por carretera y se pudieran permitir con su ridículo salario un utilitario, ahora Sánchez pretende hacer lo mismo con la electrificación automovilística. Ven como no avanzamos, como todo son copias tuneadas de lo ya vivido.
Lo que me enervó fue la frase «tan económicos como para que los españoles se los puedan permitir». Valiente impostor de dirigente político cualificado y legitimado, en su caso no por la gracia divina, sino por independentistas y proetarras. Aquí no se trata de mejorar las condiciones laborales para que el poder adquisitivo de los ciudadanos se incremente y así ganar en competitividad con nuestros países vecinos. El modelo social-comunista del ejecutivo consiste en hacer que la sociedad sea cada vez más pobre y dependa más de las ayudas. Es como una nueva Ley de la Dependencia, pero familiar, sin necesidad de estar jubilado e incapacitado. Yo no necesito que me regalen las cosas, ni que me estén agasajando en todo momento con ofertas y subvenciones, lo que preciso es tener la capacidad de poder adquirir en cualquier momento lo que desee. Pero no, aquí lo que se lleva es la sopa boba, el mantener a los paniaguados con el conchaveo de los come gambas, que pese a que es más difícil de llegar a final de mes que en los últimos años del 'felipismo' no montan una huelga general porque están a sueldo.
No se quien da más pena, si el presidente del Gobierno arrastrándose por los medios de comunicación catalanes pidiendo de rodillas a Puigdemont que le siga apuntalando al frente del Estado o los líderes sindicales de tertulia televisiva haciendo gala de casta. Algunos pensarán que siempre estoy en contra de los socialistas, los que nos gobiernan, o de los comunistas. ¿Recuerdan aquel memorable tuit audiovisual de José Luis Ábalos? «Soy feminista porque soy socialista». Pues ya han encontrado la respuesta. En mi caso no soy socialista porque soy feminista. Y llevo unos días preguntándome dónde queda ese lema que tanto enarbolaron en sendas manifestaciones los dirigentes del PSOE, Podemos, Sumar o 'Más no sé qué', los de Errejón, que está siendo juzgado por un presunto delito sexual, de «hermana yo si te creo», cuando las denuncias presentadas a través de los cauces internos socialistas duermen el sueño de los justos, en el mejor de los casos. Porque en otros ya se ha visto que hasta desaparecen para consentir que personajes babosos, casposos, misóginos y machirulos como Paco Salazar, que estuvo a punto de ser número 2 del PSOE, o Antonio Navarro, líder de los socialistas en Torremolinos, siguieran a los suyo como si tal cosa. Pero no se que me parece más lamentable si la respuesta del secretario general del PSOE a estos hechos, la de la callada, o la de su secretaria de Igualdad, Pilar Bernabé, asegurando que «se ha detectado el fallo, hemos detectado el problema y hemos puesto la solución y vamos a seguir haciéndolo».
Pues que yo sepa a la Fiscalía no han acudido y la solución planteada era la de buscarle acomodo a Paco Salazar en alguna embajada y a las víctimas que les den. Eso sí que es socialismo. Y ahora que alguno de los que me ponen de vuelta y media, a lo Antonio Navarro con las mujeres, me rebata el artículo sin que se le caiga la cara de vergüenza. Mejor subiros la bragueta.
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