Gaticos y monetes
«En la historia de la humanidad siempre se ha intentado dar respuesta a determinadas cuestiones como la ubicación del Santo Grial o de la fuente de la eterna juventud y yo la verdad es que desde hace unos años me venía preguntando cómo es que Pedro Sánchez tiene tantas vidas, más que Super Mario Bros»
Juan Sánchez
Almería
Lunes, 17 de marzo 2025, 23:47
«¿Qué tal, pataliebres?» Con esta peculiar pregunta dirigida a los televidentes, los artífices de 'Muchachada Nui' arrancaban una de sus secciones en las que ... desvariaban de lo lindo con los animales como protagonistas, tanto los de cuatro como los de dos y hasta tres patas, que de todo abunda. El humor del absurdo siempre me ha gustado y aquí los manchegos le dieron una vuelta de tuerca a los madrileños Faemino y Cansado, que marcaron un antes y un después es el panorama cómico nacional.
La verdad es que no soy de felinos ni de primates, pero me acordé de ellos cuando esta semana pasada se hacía público que el Ministerio de Memoria Democrática instaba a los colegios a que pusieran en marcha una dinámica educativa por la que los alumnos han de preguntar a sus abuelos si «tuvieron que comer gatos» durante el Franquismo. En concreto, la unidad didáctica presidida por el epígrafe 'El pan negro' persigue que los niños de Primaria «conozcan estrategias para sortear el hambre y resistir en tiempos difíciles» y para ello les invitan a interpelar a sus allegados de más avanzada edad. Para que les sea más sencilla la propuesta se les aporta un guion en el que se incluyen cuestiones para que los abuelos les informen de que si tuvieron que ingerir «comidas poco habituales, como hierbas en el campo, o animales como gatos, en ocasiones también alimentos en mal estado o adulterados».
Y esto me puso los ojos como platos. Sí, como lo oyen ojiplático me quedé, no por el hecho de que mi hijo le pregunte a mis padres o a mis suegros si estofaron mininos o si emularon a las cabras tras la Guerra Civil, sino porque encontré la explicación definitiva. Como lo oyen. En la historia de la humanidad siempre se ha intentado dar respuesta a determinadas cuestiones como la ubicación del Santo Grial o de la fuente de la eterna juventud y yo la verdad es que desde hace unos años me venía preguntando cómo es que Pedro Sánchez tiene tantas vidas, más que Super Mario Bros. Miren por donde que es su propio ejecutivo el que ha desvelado el secreto. Pues claro, cómo he podido ser tan necio hasta ahora. Los abuelos de Pedro Sánchez, al más puro estilo oriental importado de países como China, Corea del Sur, Indonesia, Camboya y Vietnam, digerían gatos y, amigo mío, eso se ha quedado en los genes. Una vez revelado el gran misterio, tan sólo me resta descifrar la fórmula de la Coca-Cola.
Por favor, ¿en serio que debemos destinar dinero público a tanta estupidez? ¿Qué va a ser lo siguiente?, que el presidente siga poniendo sus ojos, por expresa indicación de José Luis Rodríguez Zapatero, en el espejo de dirigentes como Nicolás Maduro o ex primeros ministros como Evo Morales. El ex mandamás boliviano en el año 2010 en la Primera Conferencia Mundial de Pueblos sobre el Cambio Climático y la Madre Tierra soltó por su boca reflexiones de profundo calado para dar explicación a determinados asuntos como la calvicie de la que dijo que pese a parecer «normal» es «una enfermedad en Europa», donde «casi todos son calvos, y esto es por las cosas que comen, mientras que en los pueblos indígenas no hay calvos, porque no comemos otras cosas». Pero si la perla les parece que brillaba poco, vomitó otro de sus particulares axiomas al referirse a la homosexualidad. Según Morales, ésta es consecuencia de una alimentación deficiente. Todo se debe, a su modo de entender, a la ingesta de pollo criado en grandes explotaciones. «El pollo que comemos está cargado de hormonas femeninas. Por eso, cuando los hombres comen esos pollos, tienen desviaciones en su ser como hombres».
Y si se preguntan si esto nos lleva a alguna parte, les diré que sí. Esto vendría a dar una explicación al hecho por el que el Ejecutivo ha destinado cerca de 300.000 euros a subvencionar a la conocida como 'Vacapop', la adaptación de la popular 'Wallapop' para promover la compra-venta de ganado a nivel nacional a golpe de click en el móvil. No, si al final el más racional en cuanto a gasto público va a ser Ábalos, que al más puro estilo Hugh Hefner, colocó a sus conejitas en empresas públicas y les dio cobijo en su particular mansión 'torrentina'. Avanzamos, ¿no?
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