Esto va de cine
«Los socialistas han pasado de la intriga, el suspense y la acción, propia de 'El Padrino', donde el capo lo tenía todo controlado, a vivir en una incertidumbre perpetua, porque no saben por dónde le va a venir la siguiente»
Juan Sánchez
Almería
Lunes, 7 de julio 2025, 23:42
Estaba yo esta semana pasada tan tranquilo descansando en la UCI del Hospital Vithas Virgen del Mar, a cuyo equipo humano les estaré siempre muy ... agradecido, y como no había televisión para distraerse dejé que mi mente me guiara mientras aguardaba la llegada de mi cardiólogo para que me pusiera los pies en el suelo. Me dispuse a analizar la situación que se avecinaba a PP y PSOE durante el fin de semana. Unos llegaban a su cónclave de dulce y otros indigestados por tanta acidez, es que ni con bicarbonato sódico encuentran alivio. Normal porque es que los socialistas han pasado de la intriga, el suspense y la acción, propia de 'El Padrino', donde el capo lo tenía todo controlado, a vivir en una incertidumbre perpetua, porque no saben por dónde le va a venir la siguiente.
Es lo que tiene la ausencia de autocrítica y de asunción de responsabilidad y más con ese presidente al más propio estilo hollywoodiense, porque mira más por su imagen que por otra cosa. Pudiera pensarse que estamos ante nuestro particular Paul Newman, pero no. Este es más un Marlon Brando, con su gatito y su marioneta, pero que en lugar de lucir unos carrillos generosos gracias al algodón, él para marcar distancias prefiere dar imagen desafiante, pero se ha excedido con la técnica del contouring y pasa lo que pasa, que es de risa. Aunque habría sido peor, porque podría haber tirado por la calle del medio y haber utilizado también el relleno algodonero y estaríamos ante la resurrección del sinigual Monchito. Anda José Luis quién te iba a decir a ti que has estado a un pelo de ver como otro de tus muñecos cobraba vida, porque Macario es otro cantar.
En esas estaba cuando irrumpió el doctor Aparicio, un máquina, para sacarme de mi disertación mental y decirme que en mi casa estaría mejor. Y eso me dio acceso a la caja tonta, bueno, ya no es caja, digamos al lienzo tonto y se abrió ante mi un nuevo panorama. Me empapé este fin de semana de los dos congresos o lo que fueran, porque unos estaban de boda, con su novio ante el altar esperando a su amada Moncloa, y otros de funeral sin finado, de momento.
Y sale nuestro presidente en un alarde de valentía y da más poder a otro miembro de su equipo de confianza y a los cinco minutos éste se ve obligado a dimitir acuciado por las denuncias internas de sobrepasarse con mujeres en el partido y en su lugar de trabajo. Sánchez ya no puede arrogarse eso de que «donde pongo el ojo pongo la bala», o igual sí, porque a éste se lo ha liquidado de un plumazo sin querer.
Eso sí, me da que si al tal Salazar no le hubieran ascendido nadie habría abierto la boca en su contra o igual en otros tiempos tampoco, incluso dándole mayor rango. Esa verdad a medias de los socialistas es lo que a algunos no convencen. Todos sabían los tejemanejes de Ábalos y compañía con chicas de compañía y otras historias de falda y ninguna feminista del PSOE abrió la boca hasta que se destapó toda la trama y ya le habían mandado a freír espárragos desde Ferraz. Los mismo con éste, solo que sin aceite hirviendo ni sartén. Es que las ves a ellas tras la pancarta del 8-M del PSOE y luego estar calladas y como que chirría muy mucho. Igual el confundido soy yo en materia de ética y feminismo.
Pero da igual, porque la película socialista sigue sin gustar. Ahora Sánchez ha decidido apostar por el espagueti western y se refugia entre los de su banda. Si alguien alza la voz contra él y pide que el PSOE vuelva a regirse por los valores que impregnaron su fundación ya salta el de turno a amedrentar y callar la boca en plan chulesco. Es que uno escucha a Lambán, Page, Leguina, Redondo o González y pareciera que hablan de otro partido o de una filial. Es como si hubiera un equipo A y otro B dentro del socialismo. Ya no es un partido auténticamente pata negra, vamos que el PP tampoco, que no se me mosquee la parroquia, pero es que a lo de ir en contra de sus principios se suma ahora la corrupción y así no hay quien saque brillo a la lámpara. Siempre es lo mismo, es cíclico. No se avanza.
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