Granada austríaca
La familia Habsburgo, una dinastía de origen austriaco que «puso a España en Europa» y cuyo gobierno supuso «la etapa hispano-europea» de nuestra historia patria, según Ganivet
Juan José Plasencia Peña
Centro de Estudios Pedro Suárez, de Guadix. Profesor jubilado de Geografía e Historia
Martes, 21 de noviembre 2023, 21:59
Sin duda los dos más emblemáticos símbolos de Granada son la maravilla artística que constituye la Alhambra, bellísima y mágica, y la inmortal figura del ... genial poeta y dramaturgo Federico García Lorca. También resulta indiscutible que las dos edades de oro (o, quizás con mayor propiedad, las dos facetas de oro) en la historia de nuestra querida ciudad son la Granada nazarí y la Granada lorquiana. Pero, junto a éstas, existen otras edades, de plata o bronce, también importantes en el devenir granadino, y una de ellas es la que podríamos llamar Granada austriaca, por su especial vinculación a la dinastía Habsburgo o Casa de Austria.
Este nexo se hace patente en los diversos edificios y monumentos de dicho período. Los cuatro principales, o al menos más significativos, debido a su relación con el césar Carlos, son: Hospital Real, Palacio de Carlos V, Catedral e iglesia imperial de San Matías. Conviene recordar que los tres primeros fueron sede de sendas exposiciones hace ahora 23 años, con motivo del quinto centenario del nacimiento del emperador: 'Carlos V: las armas y las letras', en el Hospital Real; 'Carlos V y la Alhambra', en el Palacio; 'Jesucristo y el emperador cristiano', en la Catedral. Una cuarta exposición tuvo lugar en los entonces salones de La General, en Acera del Casino: 'Carlos V y la Universidad'. Tal vez hubiera resultado adecuada la inclusión, entre los actos de aquel Quinto Centenario, de la Iglesia Imperial de San Matías, edificio con un fuerte vínculo histórico con Carlos de Gante y la familia Habsburgo, como se evidencia en el título que ostenta: 'Iglesia Imperial'. Dicha relación consiste en: 1º, la advocación de San Matías, por tratarse de uno de los santos considerados patronos y protectores de la Casa de Austria; 2º, la implicación personal del propio emperador en la construcción del templo; 3º, el mismo Carlos había nacido el día de San Matías y, 4º, el día de San Matías de 1525, coincidiendo por tanto con su 25º cumpleaños, las tropas imperiales austriacas y españolas obtuvieron sobre las francesas la resonante y decisiva victoria de Pavía, desbaratando por completo al ejército enemigo y tomando preso a su rey, Francisco I, el cual, si bien tratado con todo respeto y cortesía, fue trasladado cautivo a Madrid y encerrado en la Torre de los Lujanes. Al margen de los recuerdos materiales, también resulta obvia la importante relación con Granada de casi todos los monarcas de la rama española de la familia Habsburgo: Felipe el Hermoso se encuentra enterrado en nuestra Capilla Real; Carlos V disfrutó en la Alhambra de su luna de miel en 1526, convirtiendo a Granada, siquiera durante unos meses, en capital de su Imperio inmenso, mientras su flamante esposa, la emperatriz Isabel, concebía a su hijo Felipe, futuro rey Felipe II, el mismo que volvería aquí a los doce años, esta vez en un muy triste viaje, para traer y dar sepultura al cadáver de su madre; Felipe IV realizó una destacada y significativa visita a Granada, casi al comienzo de su reinado, en 1624, estancia en nuestra ciudad que ha sido estudiada en profundidad por el profesor Sánchez-Montes González en su interesante, exhaustivo y documentado libro, editado por la Universidad de Granada, 'El viaje de Felipe IV a Andalucía en 1624. Tiempo de recursos y consolidación de lealtades'.
Por otra parte, Granada o, al menos, parte de su población, se decantó por el bando llamado austriacista (a veces, se escribe también austracista) durante la Guerra de Sucesión, la cual, a lo largo de los primeros años del siglo XVIII, enfrentó a los Habsburgo austriacos con los Borbones franceses, entonces las dos más poderosas y más enemigas familias de Europa, que se disputaban el trono de España y sus posesiones en los cinco continentes. Como estudió en su día el profesor Rabasco Valdés, en la primavera de 1705 y al grito de:«Viva la Casa de Austria y viva Carlos Tercero», se produjo en la capital una revuelta antiborbónica que acabó siendo sofocada. A consecuencia de lo cual, Granada tuvo que soportar la brutal represión de los vencedores, partidarios del primer Borbón, Felipe V (por cierto un individuo perturbado, el cual afirmaba ser una rana y que, durante gran parte de su existencia, tuvo por costumbre dormir de día y vivir de noche, por no citar otras manías menos inocentes y todavía mucho más desagradables), que se materializó en numerosas ejecuciones por horca en los patíbulos instalados en Plaza Nueva, cuantiosas confiscaciones de bienes y en la demolición del palacio de los condes de Tendilla, hasta entonces alcaides de la Alhambra y que al parecer habían optado por mantenerse fieles a la Casa de Austria, la dinastía legítima y con mejores derechos a la corona española, si atendemos a todos los parámetros de la época. Creo con toda honestidad que, cuando faltan menos de tres años para un nuevo Quinto Centenario, esta vez el de la estancia de Carlos V en la Alhambra a que me he referido antes y que convirtió a nuestra ciudad en centro del mundo, no estará de más recordar, por mucho que resulte obvio, el fuerte vínculo histórico de Granada con la familia Habsburgo, una dinastía de origen austriaco que «puso a España en Europa» y cuyo gobierno supuso «la etapa hispano-europea» de nuestra historia patria, según escribía, al redactar su 'Idearium Español', aquel gran sabio granadino que se llamó Ángel Ganivet.
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