De bien nacidos es ser agradecidos
Juan José Ibáñez
Lunes, 8 de abril 2024, 23:13
El 30 de marzo del año 2023 se daba a conocer la noticia. Las ciudades de Valladolid y Granada serían las sedes de la gala ... de los Goya para los años 2024 y 2025. En el caso de Granada, cristalizaban de esa manera unas negociaciones que arrancaron en el mandato 2016-2019 y que fueron retomadas en el año 2022. El gobierno socialista de Paco Cuenca lograba para la ciudad el que había sido un largo anhelo. A los pocos días de conocerse la gran noticia, se ponía en marcha un grupo de trabajo en el que, bajo el liderazgo del Ayuntamiento, se aglutinaba a todas las personas que tenían relación con el cine en Granada. El grupo nació con vocación de continuidad y con la intención de constituirse en comité asesor para engrandecer en todo lo posible la cita. Granada se iba a convertir en una inmensa alfombra roja poniendo sobre la mesa la estrecha relación que históricamente ha tenido con el séptimo arte desde que en 1905 la Alhambra fuese filmada por primera vez por la directora francesa Guy Blanché.
Hace muy pocos días hemos podido comprobar que la alcaldesa de Granada ha querido reescribir la historia, tapando con un feo borrón lo sucedido hace un año y eliminando directamente a quienes hicieran posible una cita única para nuestra ciudad. La visita del Presidente de la Academia del Cine, Augusto Méndez Leite, el pasado día 3 de abril para anunciar la fecha de la celebración de la gala para el 8 de febrero de 2025, ha supuesto un presunto desprecio más a la figura de un alcalde que ganó las elecciones del año 2019 y que consiguió convencer a los miembros de la Academia para decantarse por Granada y no por otras de las ciudades que también competían para la cita. Y digo 'presunto' porque desde bien pequeño aprendí que no ofende quien quiere, sino quien puede. Pero creo que es bueno resaltar el lamentable comportamiento de una alcaldesa que, hasta la fecha, no ha sabido estar a la altura de las circunstancias, a la altura de lo que significa ser la máxima responsable de una ciudad y tratar con el respeto que merecen a quienes han compartido con ella tan alto honor. Porque Cuenca podrá ser el portavoz de la oposición en el Ayuntamiento, pero también ha sido el alcalde de Granada durante cinco años, cinco años muy convulsos merced a los líos de un PP manchado por la corrupción y que vendió a la ciudad en 2019.
Quiero recordar que el 4 de junio de 2023, cuando se encendió la portada de la feria del Corpus, con un alcalde saliente y una alcaldesa aún no proclamada, Cuenca le ofreció pulsar el botón de la luz reconociendo un hecho incontestable como fue la victoria electoral de Carazo unos días antes. Desde esa fecha hasta hoy, la edil no ha sabido en ningún momento devolver el gesto, demostrando que la elegancia es una virtud que se tiene o no se tiene.
Carazo podrá emborronar con tachones la historia reciente de la ciudad, pero nadie podrá negar que lleva meses viviendo de la herencia recibida por un gobierno que se partió la cara por la ciudad durante dos años para mejorarla, dando siempre un espacio preferente a los partidos de la oposición que jamás perdieron el sitio que les correspondía en el funcionamiento de una institución en la que todos sus concejales y concejalas representan a la totalidad de la población de Granada, más allá de la siglas que les llevaron a sus asientos en el Salón de Plenos.
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