Morirse 'on line'
Muere Claudia y no hay tiempo para ella. La trascendencia se mide por su permanencia en redes
Juan Gómez-Jurado
Sábado, 27 de septiembre 2025, 00:38
Se acabaron las estatuas, las fundaciones y las plaquitas en una calle. Cada vez más se mide la transcendencia de una muerte por su permanencia ... en las redes. Ya no son, los que transcienden, ni memoria ni referente ni enseñanza ni legado, son, o no, motivo de conversación. Mientras se habla, y no se para, durante días y días de ese mal nacido pero también mal matado de Charlie Kirk hasta extender el debate de su muerte a expulsiones y reabsorciones de cómicos que celebraron su muerte, funerales casi de estado, tertulias y la necesidad de casi cada persona con cuenta en cualquier red de poner su mensaje, condolido o congratulado, poco han durado las salvas por Robert Redford o, mucho menos, por Claudia Cardinale.
Claudia era la chica de la maleta mucho antes de ser la de 'El gatopardo' y 'Los Profesionales'. Ahí la conocí yo, con esa maleta en blanco y negro y exactamente ahí me enamoré de ella. No sólo, obvio, por una presencia casi insultante, sino por su manera de retratar a esa chica pobre y bastante limitada a la que su propia belleza ha superado sin que ella lo sepa pero sabiéndolo demasiados hombres malos que no van a dudar en tratar de libarla. Claudia se convirtió en mi amor de adolescencia; mientras en las carpetas de otros de mi colegio brillaban las fotos de Súper Pop de ebúrneas cantantes ochenteras, en la mía compartieron mucho tiempo espacio Cardinale, Antonelli y Loren. Aunque por diferentes motivos. Reconozco que con Laura Antonelli pasaba los ratos turbios y con Sophia los de risas y pasión. Pero a Claudia le guardaba todos los demás.
Quizá por eso me ha dolido ver cómo algunos, demasiado pocos, se la ventilaban (incluyo aquí a la prensa) con cuatro palabras hechas y dos referentes resabidos. Que si 'El Gatopardo', que si 'Rocco y sus hermanos', que si, ya menos, 'Érase una vez en el Oeste'… Olvidando la mayoría 'Otto e mezzo' de Fellini o 'Fitzcarraldo' y, por supuesto, sus comienzos en Italia con 'El bello Antonio' o 'Un maldito embrollo'. Claudia, que empezó en 1958 e hizo películas hasta el 2015, no ha merecido más que unos pocos «que la tierra te sea leve» y bastantes «era una belleza». Porque, como a aquella Aida de 'La chica de la Maleta', a Claudia le acabó venciendo su belleza y se impuso frente a la excelente actriz que era. Curioso que la misma semana muriese otro bello oficial como Robert Redford, pero los mensajes sí hablasen de sus muchos otros dones. Se muere Claudia y no hay tiempo para ella, porque hay que hablar de Kirk menos incluso que de su asesino. No hay sitio para los que simplemente han hecho cosas bonitas. Quizá por eso me ha salido este artículo para Claudia. Por eso y porque fuimos novios muchos años y ya iba siendo hora de que ella lo supiera.
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