Borrar
De buenas letras

Un verano con Homero

José Vicente Pascual

De la Academia de Buenas Letras de Granada

Miércoles, 6 de agosto 2025, 23:07

Comenta

Hace años, Emilio de Santiago me contó que Heinrich Schliemann, descubridor de Micenas, del tesoro de Agamenón y de Troya, debido a los calores del ... Peloponeso trabajaba un día y descansaba tres para reponerse del rigor de un clima al que, a mayor inconveniente, no estaba acostumbrado. Tiempo después comprobaría en propia piel aquella opresiva potestad del termómetro soliviantado a 43ºC durante una visita a la capital micénica, paseo que se detuvo ante la misma Puerta de los Leones porque, literalmente, no pude dar un paso más y me refugié en el museo arqueológico a la entrada del recinto, que tiene aire acondicionado. Aquella presencia abrumadora del calor siempre me ha sugerido la clase de pasta y de raza en la que debían de estar fraguados los primitivos griegos, capaces de levantar emporios como Micenas, de guerrear entre ellos con pesadas armas de bronce y de lanzarse a la conquista de Troya con el mismo ímpetu con que cinco siglos después irrumpiría el inmenso arte poético de 'La Ilíada', narrando aquellos conflictos e inaugurando la literatura occidental. Somos hijos de las estrellas, dicen los científicos; pero los mediterráneos y nuestros mayores griegos somos además hijos del calor, de la tierra seca bajo los olivos, de la sal y del agua amarga en cada orilla y en cada latido de nuestra sangre.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

ideal Un verano con Homero