Sosiego vaticanista
José María Guadalupe
Martes, 7 de octubre 2025, 00:02
A mí no me sorprendió –es más, lo esperaba– qué el papa, Robert Francis (León XIV), se fuese a visitar Castelgandolfo, este verano, porque tiempo ... de vacaciones no ha tenido. Me gusta este papa que, con suma habilidad protocolaria, se cambia la cruz pectoral y otros hábitos pontificios que hacen al monje supremo con la mayor naturalidad, según el acto al que asiste. Tiene un perfil humilde, cercano y empático. Tan solo ha mantenido los zapatos negros que impuso Francisco. No estuve fino cuando me compré unos 'Benedictos' en Marbella. Eran, son, una joya. En el museo de San Juan de Dios –Casa de los Pisa– en Granada se exponen unos auténticos usados por el pontífice. Los zapatos rojos había que combinarlos con un vestuario adecuado. Yo me los probé con variada vestimenta, menos la papal, claro, y siempre mirándome al espejo me veía como un personaje sacado de aquella disparatada comedia de 'La jaula de las locas'. Ahí los tengo en el zapateril habitáculo aparcados.
El pontífice agustino León XIV, al parecer, ha traído al Vaticano algo muy importante: sosiego. Aunque habrá momentos y problemas en la gobernanza con desasosiego, como en todos los estados. Seguramente que él sabrá resolverlos con inteligente determinación. Da la impresión que al Espíritu Santo, y a los cardenales electores, no les falló ni la divinidad, ni el buen olfato. El tiempo dirá qué pesca el «pescador de hombres» con sosegada prudencia, durante su pontificado en esta época de los «influencer de Dios» y de la IA que nos hace meditar. En más de un lugar de España se reclama su visita. El presidente de Galicia, Alfonso Rueda, ha comentado con cierta ironía que SS. no tendrá excusa para asistir al Año Santo Jacobeo que se celebrará el próximo año 2027. El papa Francisco se quedó con la gana de visitar Canarias pero su estado de salud se lo impidió. Probablemente, León XIV cumpla el deseo de su antecesor. No olvidemos que, de igual manera, el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, transmitió en Roma el gran interés de que el pontífice viaje a nuestra comunidad. También lo ha hecho telefónicamente el presidente Pedro Sánchez. Y el presidente Catalán, Salvador Illa, le ha invitado a que presida en Barcelona la coronación de la Torre de Jesús de la Sagrada Familia. Vamos, que al papa no le faltan invitaciones para aterrizar en nuestra tierra que conoce divinamente personal y a través de leales compañeros de la Institución Agustiniana.
Echo en falta, por ahora, la «devota» presencia de Yolanda Díaz, aireando por los pasillos vaticanos su vestido de crepé negro para encontrarse con el pontífice. Los papas suelen traer suerte espiritual a quienes los visitan con fe. Pero es más dudoso que la alcancen los irreligiosos, apostólicos y romanos por una foto.
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