Niño, deja ya de joder con la pelota
José María Guadalupe
Lunes, 13 de octubre 2025, 23:11
Llueve poco, pero cuando dice de llover, llueve trágicamente donde no debería de llover tan reiteradamente. Desesperante fenómeno. Por estos pagos ni gotica. Nos tendremos ... que ir acostumbrando a la lluvia que nos proporcione la IA. ¿Pero, empapará? Dicen algunos expertos que en el futuro cabalgaremos en Andalucía, los más privilegiados, en camellos. Yo no lo viviré porque me joroban los Camelus, no por otra causa. Como creo en la reencarnación del espíritu, llegado el momento, estoy dispuesto a soplar con fuerza para evitar la arena del desierto que se avecina. Con frecuencia, nuestros cielos se cubren de polvo en suspensión y ¡caray! el suceso da qué pensar, pues lo mismo puede ser verdad que se desertifique la tierra de María Santísima. El cambio climático nos tiene acongojados y distraídos, pero en la multiculturalidad en la que vivimos se puede esperar cualquier cosa. Cuando se alcanza un alto el fuego en la zona de Gaza, gracias a EEUU, un hijo de Netanyahu, Yair –debe ser menor mental–, juega a la guerra intimidatoria verbal y navega en la flotilla de tierra advirtiendo a España que Ceuta y Melilla son territorio marroquí. Y lo hace en un momento en el que el Gobierno español, al parecer, debilita la presencia policial en ambas comunidades españolas, y la juventud Z de Marruecos sale a la calle con agresivas protestas por la situación socioeconómica del país. Dígame usted si no se levanta el polvo del desierto y curiosamente de la boca de un judío. Posiblemente la España del 'vamos que nos vamos' no entienda estas amenazas por mucho que nos acerquemos al muro de los lamentos. Yair, que juega, por lo visto, como suplente 'honoris causa' de su padre, va más allá y dice que está dispuesto a reconocer el estado catalán. ¡Collons! A mí me gustaría saber de dónde ha salido este mozuelo y a quién representa para amenazar a nuestro país con esas pretenciosas elucubraciones propias de una esnifada profunda con efectos retardantes. A estas alturas de la dramática guerra provocada por el movimiento terrorista de Hamás, no sabemos cuándo llegará la paz duradera, que es lo que la mayoría de la humanidad libre desea. Leo que un padre le dijo a su hijo: «Ten cuidado por donde caminas». Y el hijo le respondió: «Ten cuidado tú, recuerda que yo sigo tus pasos». Este chico, Yair, no debería hacer la guerra por su cuenta ni siguiendo los pasos de su progenitor. En estos momentos de tensión, violencia y preocupación, lo más prudente es que, al margen de callarse, acuda a la universidad del conocimiento y la sensatez, antes de seguir los pasos de su padre y así aprenderá a no interferir en asuntos de delicada materia. Tengamos la guerra en paz.
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