Vilches como ejemplo
Por desgracia, no puedo escapar de una obviedad: no todos los eventos pueden disponer de un director como Alberto Conejero.
José Luis González
Viernes, 5 de julio 2024, 23:14
Asqueado esta semana con algunos de los más altos funcionarios de toga, cuya trayectoria es cuasi prevaricadora por situarse al margen de la Constitución Española ... y de su precepto más principal y básico, que reza eso de que TODOS los poderes del Estado emanan de su ciudadanía –del 'pueblo', esa palabra tan conveniente y para mi degradante en boca de los poderes fácticos–, prefiero no escribir una sola palabra más de ellos y dedicar las que seguirán a algo que merezca todos mis parabienes. Por ejemplo, al municipio jienense de Vilches, y más concretamente a ese proyecto cultural que acaba de ver la luz y que se ha denominado COSA –Festival de Cuerpo, Objeto y Sitio Específico de Andalucía–, y más concretamente todavía a su impulsor y uno de los vilcheños más ilustres, Alberto Conejero.
Precisamente con unas palabras de Conejero, expresadas en la presentación del evento, quiero dar continuidad a esta pieza: «Creemos en la importancia de la producción artística en el medio rural, en el que el acceso a los derechos culturales se hace aún más necesaria y más evidente. Es una oportunidad para Jaén, un territorio actualmente marginado y periférico en la distribución de recursos culturales, tanto dentro de Andalucía como del propio Estado», y este «quiere ser un festival cercano, de proximidad, que proponga, no luces cegadoras, sino pequeñas hogueras que nos permitan vernos algo más en la espesura de nuestro tiempo. Deseamos que sucedan cosas sugestivas y sorprendentes».
De estas manifestaciones se detraen varias conclusiones. La primera es el modelo conceptual de este proyecto, diáfano en su explicación y elevado en sus fines. No espera que la luz cegadora de las estrellas oculte esos valores, más modestos a primera vista, a los que COSA pretende otorgar todo el protagonismo. La segunda es que persigue traer a Jaén algunos ejemplos del arte de nuestro tiempo, de la Cultura del siglo XXI, de las artes escénicas que hoy descollan por el mundo y que, por el contrario, se observan con desprecio por estos lares. Como si el teatro a la italiana –con alguna cara popular o televisiva, si es posible– o un sencillo pasacalles fueran lo único que la ciudadanía rural puede procesar en su, para algunos, rudimentario intelecto. Y la tercera es que también es fundamental que esta Cultura contemporánea se haga desde aquí, desde Jaén, y que todos y todas empujemos a ello, cada uno y una en la medida de sus posibilidades. Como diría José María Aznar, permítanme la ironía, «el que pueda hacer, que haga».
Y vaya si hace Alberto Conejero. Fijaos si no en el programa que ha compuesto para la primera edición de COSA, que tendrá lugar del 26 al 29 de septiembre. La inaugurará la compañía riojana El Patio Teatro con su espectáculo 'Conservando memoria', que otorga al teatro de objeto una extraordinaria carga poética. Posteriormente, Xavier Bobés, con sus 'Cosas que se olvidan facilmente', invitará al público a un viaje por la memoria de los objetos cotidianos, en un montaje para solo cinco espectadores por pase. Le seguirá Laura Santos, que presentará en Vilches 'Una rueda que da vueltas'. En cuanto a la participación internacional, esta vendrá a cargo de la compañía neerlandesa Tam-Tam, que traen al Teatro Miguel Hernández su obra 'To have or not to have', según Conejero «un canto antibelicista construido con objetos cotidianos». Y la clausura llegará por mano de Luz Arcas / La Phármaco, con su espectáculo 'Mariana'. Flamenco contemporáneo con guitarra y cante en directo, que el público podrá disfrutar desde el Mirador de la Esperanza y con la inmensidad del olivar como fondo. En el apartado de 'Otras cosas' el artista jienense Isidro López-Aparicio construirá una instalación efímera con objetos de los propios vecinos y vecinas de Vilches, y Andrea Díaz Reboredo impartirá un taller de introducción al teatro de objetos.
Veremos si, tras estos tres días de artes escénicas de rabiosa contemporaneidad, COSA demuestra que esta forma de expresión cultural tiene o no cabida en nuestra provincia. Y si otros eventos de parecida factura y otros municipios jienenses de igual o mayor relevancia, pueden escudarse en el gusto de sus públicos para no intercalar en sus carteleras teatrales, entre los numerosos rostros populares que las trufan –que pueden ser extraordinarios, buenos, malos y peores actores y actrices–, algún espectáculo al modo de COSA. Por desgracia, no puedo escapar de una obviedad: no todos los eventos pueden disponer de un director como Alberto Conejero. Pero si al menos pudiera desde este humilde rincón colocarlo como un ejemplo a seguir, me daría con un canto en los dientes.
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