Más sobre el campamento de inmigrantes de Armilla
José Ferrer Sánchez
Domingo, 14 de abril 2024, 23:11
Fue el bombazo de noticia a principios de abril después de la esperada y anhelada lluvia de la última semana de marzo. «La base de ... Armilla acogerá un campamento temporal para atender a mil inmigrantes», publicaba IDEAL el pasado día 3 de abril, «para afrontar el aluvión de migrantes que arriban a las Islas Canarias» y que se enmarca «entre las medidas para reforzar el sistema nacional de acogida para dar respuesta humanitaria a estas personas migrantes» además de «dar respuesta a la emergencia social planteada por el Gobierno» y apostillaba que «el comienzo de las obras es algo inminente a pesar del desconocimiento de los ayuntamientos».
Se armó la bulla, los ayuntamientos periféricos Alhendín, Armilla, Ogíjares, Churriana y Las Gabias, del PP y del PSOE, rápidamente se reunieron en tiempo récord, mostrando que cuando se quiere las administraciones pueden ser rápidas, muy rápidas y han dicho que hay que pararlo, que el eventual campamento «incumple con las normas urbanísticas», como ha indicado el alcalde de Alhendín y presidente de Diputación Provincial de Granada, suspendiendo cualquier otra iniciativa en obras de emergencia en la parcela de marras, que «la parcela está en suelo rústico» y que es «inviable»; en una reunión de esos cinco ayuntamientos los alcaldes dijeron que «no reúne los requisitos y que no es el sitio idóneo», tampoco nos han dicho que sitio puede ser idóneo según ellos para el campamento.
Luego el delegado del Gobierno en Andalucía tampoco, a mi juicio, ha estado muy acertado diciendo que no hay «ninguna decisión adoptada» cuando, al parecer, las máquinas de Tragsa (empresa pública) estaban a las puertas para empezar a construir el campamento. En fin parece que todo es un despropósito en materia de comunicación y transparencia política, así como en solidaridad y en derechos humanos. A nadie se le escapa que lo que subyace detrás de las declaraciones de los alcaldes no es un cumplimiento exquisito y cabal de las ordenaciones urbanísticas en su término municipal; realmente no quieren a migrantes, refugiados, en definitiva no quieren al que es diferente y además pobre, muy pobre que no dudan en arriesgar sus vidas para, de alguna manera, tratar de vivir mejor. Estoy seguro que si, en ese espacio dónde eventualmente se ubicaría un campamento de migrantes, el Gobierno anunciara viviendas nuevas, un parque comercial o alguna delegación de multinacionales ocurriría lo mismo, pero con resultado diferente, se reunirían los alcaldes con la misma celeridad pero para allanar, recalificar terrenos y facilitar todo lo necesario para su implantación.
Yo creo que los granadinos no salen a manifestarse en contra de estos eventuales asentamientos por racismo, xenofobia o discurso del odio, creo que salen a manifestarse por MIEDO; sí, por miedo, entendido como un sentimiento de desconfianza que impulsa a creer que va a suceder algo negativo, se trata de la angustia ante un peligro que, y eso es muy importante, puede ser real o imaginario. Miedo al peligro, a la delincuencia a la seguridad que infundadamente supondría un campamento de migrantes ilegales y que no hay datos de que esto sea así, es más es falso, las últimas estadísticas en España (INE-2022) muestran que la mayor parte de los condenados por delitos son de nacionalidad española un 74,6% frente a un 7,3% cometidos por africanos. Lo que pasa es que se alienta, por motivos espurios e ideológicos, ahora sí, racistas y xenófobos, ese miedo desde la extrema derecha que arrastra a la derecha tradicional y también a cierta izquierda. Creo que, si se va a asentar un campamento para migrantes debe ir acompañada de medidas para recibir mas servicios en materia de sanidad, educación y de seguridad, es más, permítanme la licencia, sería una oportunidad fallida para mejorar la calidad de los servicios de nuestros vecinos.
España es un estado social, democrático y de derecho como consagra el art. 1 de nuestra Constitución, y también es firmante de la Carta de la Declaración de Derechos Humanos que en su art. 1 dice que «todos los seres humanos…. deben comportarse fraternalmente los unos con los otros». Si, olvidamos que habla de fraternidad ese texto legal de Derechos Humanos, que según nuestra RAE significa «amistad o afecto entre hermanos o entre quienes se tratan como tales». España no puede devolver al mar a las personas que arriban a nuestras costas, tampoco pueden devolverlas a un país que no sea el suyo, esto es consecuencia también de un Estado de derecho. No podemos caer en el miedo infundado ni en el odio inopinado e interesado, el discurso del odio solo sirve en muchas ocasiones y desgraciadamente para ganar elecciones, lastrando y cargando de emociones, a veces bajas, muy bajas a los ciudadanos. Es necesaria más pedagogía política y solidaria. Las razones por la que se crean estos campamentos, que estoy seguro a nadie les gustaría que existieran, son por humanidad, por solidaridad con aquellos territorios de España, como Canarias, que no pueden acoger mas personas y que tenemos el deber de tratarlos humanamente y como personas.
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