Insoportable
José Ferrer Sánchez
Colaborador investigador del IPAZ-UGR
Domingo, 8 de junio 2025, 23:01
Directamente es insoportable, insufrible e intolerable el clima político actual en nuestro país. Es terrible que nos engañen o intenten engañar con insultos, apelaciones o ... exclamaciones que no son más que discursos de odio 'maquillados' en sede parlamentaria o más bien usando como coartada el debate parlamentario, azuzando también a ciertos medios como correas de transmisión intentando polarizar a la ciudadanía pretendiendo que desistamos de la democracia, del debate y del rigor.
Hay que empezar por el principio y éste es que el diálogo, como dijo Aristóteles, es el inicio de la democracia, si hay 'interferencias' insalvables en ese diálogo como el insulto, el 'y tú más', la mentira o la verdad a medias, que es la peor de las mentiras, es difícil, casi imposible no sólo exponer tus razonamientos, sino llegar a algún posible acuerdo.
Esto viene desde el mismo momento que se formó este Gobierno con apoyo parlamentario, y esto aunque obvio, hay que recordarlo; en nuestra democracia representativa y delegada no gobierna quién 'gana' las elecciones, sino aquél candidato que consigue el máximo apoyo parlamentario, por otra parte como sucede en las mayorías de las democracias europeas, lo que obliga a dialogar y negociar, es decir, a practicar la democracia que no sólo es votar. Pues bien el partido ganador de las últimas elecciones generales fue el PP, siendo incapaz de formar gobierno su candidato el señor Núñez Feijóo, cosa que si hizo el presidente Sánchez. Desde entonces y hasta ahora se tacha al actual Gobierno de ilegítimo, de ilegal, en un ataque de pataleo impropio de adultos y menos de aquellos que se arrogan la representación de los ciudadanos. Pues bien hay que resetear y encajar de una vez por todas que hay un Gobierno que gobierna aunque no guste, y que hay una oposición que son, en teoría, todos aquellos grupos políticos que no apoyaron la investidura y que uno ejerce como gobierno y otro debe o debería de ejercer como oposición, esto es básico para empezar a dialogar, el reconocimiento, posición y rol que desempeña cada uno.
El Gobierno tiene de cara las cifras macroeconómicas, nunca ha habido tantas personas trabajando y afiliadas a la seguridad social, el paro está en cifras históricas de bajada, la inflación es de las menos de Europa, menos del 2%, mejorando a Alemania, Francia, Italia y al Reino Unido, y somos la economía que más creció en 2024 y para 2025 auguran, tanto el FMI como la OCDE y todos las agencias, que más crecerá de Europa. Eso es gobernar y algo deben estar haciendo bien aun perdiendo algunas votaciones en el Congreso fruto del actual arco parlamentario español, pero sacando leyes que benefician a los ciudadanos; eso sí, tienen asignaturas pendientes como el problema de la vivienda, ser capaz de aprobar unos Presupuestos Generales y tener una decente Ley de Extranjería, entre otras.
De una oposición parlamentaria en países democráticos se espera básicamente tres cosas: 1.- Que hagan una oposición exigente y dura al gobierno, muy dura si se quiere –ahí los partidos de la oposición PP y Vox lo hacen llegando al paroxismo–, pero debe ser leal y constructiva, lo que nos lleva al punto. 2.- La oposición debe hacer propuestas. No se le conoce propuestas alternativas a la oposición, ¿las tienen?, creo firmemente que no se puede llegar al gobierno insultando, desinformando o mintiendo, sólo exclamando que son mafia, que el presidente es un capo, o que estamos en una dictadura…, seamos serios, los ciudadanos quieren que les trate como tales y no como a estúpidos, necesitamos saber las propuestas alternativas y que haría ellos si estuvieran gobernando. 3.- Una oposición política será útil y si es capaz de conseguir acuerdos de Estado, mostrando aquello tan manido, pero tan necesario, de tener altura de miras. Si se es incapaz de pactar con otros que no sean de su cuerda, con sus 'hijos pródigos' de Vox si pactan y es fácil, pero me refiero a pactos de Estado, con el gobierno que esté, eso sería un ejercicio de partido que quiere y puede gobernar. Pues bien si se es incapaz de hacer esto como oposición seguro que cuando estén en el gobierno lo harán peor, salvo mayorías absolutas y eso parece, según todas las encuestas, no va a materializarse en un futuro próximo.
Y es fundamental en una democracia atisbar al menos, que la oposición pueda gobernar, que haya relevo, y eso no sólo es bueno, es buenísimo para la democracia, que se sea capaz de negociar, pactar o por lo menos capacidad de diálogo con otras fuerzas políticas de otra cuerda y de otra ideología, más que nada porque España, y esto es otra obviedad, es plural y diversa, por eso hay que apreciar y poner en su valor la capacidad de diálogo, negociación y eventualmente llegar a pactos, nuestro país necesita de una oposición fuerte y con capacidad de gobernar. Desgraciadamente prima lo visto en la reciente conferencia de presidentes autonómicos, con una peligrosa fractura institucional, actuando la presidenta de la Comunidad de Madrid con formas gamberras, al más estilo 'trumpiano', negando el saludo a otras autoridades y negándose a escuchar a otras lenguas oficiales del estado español con malas formas; me pregunto ¿ha valorado el principal partido de la oposición que para gobernar tiene que contar con los votantes de comunidades autónomas con habla co-oficial?, ¿Cataluña, País Vasco, Valencia y Galicia? ¿Será Ayuso candidata del PP a nivel de Estado?... penoso. No obstante sí debe de haber en frente un Gobierno que sea capaz de aglutinar voluntades, acuerdos y generosidad en su actuación totalmente exigible al Gobierno actual y que debe aún esforzarse más para poder conseguirlo.
Es insoportable también la 'distracción' mediática y política de la presunta corrupción, actualmente al parecer, de algún exministro, comisionistas, novios y parejas de gobernantes, policías o de ex-afiliados a partidos políticos… La corrupción como dijo el eminente jurista Alejandro Nieto «acompaña al poder como la sombra al cuerpo», es inevitable, no es patrimonio de nuestro país, sucede en todos los países y culturas del mundo, aunque la concienciación de la ciudadanía y la respuesta ante los casos de corrupción debe ser ejemplar, rápida y eficaz. Los partidos políticos esenciales en nuestra democracia e «instrumento fundamental para la participación política» como indica el art. 6 de nuestra Constitución, deben ser los más críticos con los casos que pudiera darse en sus formaciones y ponerlo en conocimiento de la justicia y no taparlos o arroparlos, lo que daría más credibilidad y confianza a los votantes. Los ciudadanos, y permítanme que insista, no debemos dejarnos distraer o engañar por el ruido, el 'fango' o las 'cloacas', debemos exigir a nuestros representantes políticos que vuelvan a la política de las ideas, de las propuestas y de la mejora de vida de la sociedad, es para que se les ha votado, debemos elevarnos por encima de ese ruido y exigir que se haga política de la buena.
La consecuencia y resultado de esa otra forma de hacer política negativa es el hartazgo y desafección de las personas que los han elegido para, sin duda, algo más que insultarse, vanagloriarse o mentir, esta retórica tóxica y venenosa que algunos políticos utilizan están haciendo una país, y por extensión, un mundo más dividido, peligroso y con la democracia en retroceso. Los ciudadanos aprecian la moderación, el sosiego, la mesura y las actitudes positivas. Se hace necesario huir de la crispación, de los mensajes y argumentos que impiden el diálogo, con el concurso necesario de medios fiables, honestos e íntegros. Volver a la ejemplaridad es fundamental para poder lograr una sociedad más justa e integradora.
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