San Lucas
Pero lo curioso del caso es que, en Jaén, pocos se llaman Lucas, por más que se celebren aquí ferias en su honor.
José Ángel Marín
Jaén
Lunes, 13 de octubre 2025, 22:33
Se le van las piernas, ¿verdad? Usted lo está notando estos días; reconózcalo, sincérese conmigo. En el fondo de sus entretelas siente la llamada del ... ferial, una especie de pulsión telúrica se ha adueñado de su voluntad, ¿no es cierto? Un aldabonazo que irremisiblemente lo arrastra al recinto de La Vestida. En semejante tesitura, además, usted ha descubierto que, una vez metido en francachela, es de gatillo fácil con la tarjeta de crédito. Pero no se inquiete por ese desenfundar presuroso, por esa euforia, usted no es el único; así que no pida todavía cita al médico.
El duendecillo de la fiesta anda suelto. Nos hace chasquear los dedos y, como en los guateques de antaño, nos pone el cuerpo tuno. Sí, déjese llevar, sucumba, enfile La Salobreja, déjese transportar por esa cinta verbenera, como hacen en mitad del océano los grandes peces, atunes y cetáceos, achuchados por la Corriente del Golfo.
Usted, como jaenero/a de pura cepa, está bajo el influjo de San Lucas, por esa ceremonia de la confusión que tanto gusta a chicos y grandes. Hoy es martes, y la jarana ya ha hecho presa en su parentela y también en su persona. Y no se alarme, no corra a urgencias del hospital al sentirse abducido; no es mal de morir (dicen). Se trata de una fiebre pasajera, una calentura que -con algo de suerte- nos abandonará pasada una semana, chispa más o menos. Cosa que su hígado y su cartera agradecerán enormemente.
En 'la tierra del ronquío', que algunos llaman ahora 'capital mundial del aceite', se celebra la fiesta grande en honor de San Lucas, aunque no sea patrón de la ciudad, sino un prosélito que no llegó a tratar personalmente a Cristo. Era Lucas hombre de origen gentil (probablemente griego o quizá nacido en la mediterránea Antioquía) que, para más señas, fue colega y ayudante de Pablo de Tarso. En la actualidad, Lucas, es un santo venerado por la Iglesia católica y otras confesiones cristianas, el evangelista al que se atribuye la autoría del tercer Evangelio y de los Hechos de los Apóstoles. Es, además, San Lucas patrón reconocido de médicos, artistas, solteros, notarios, cerveceros, orfebres y carniceros.
Es un nombre hermoso. Pero lo curioso del caso es que, en Jaén, pocos se llaman Lucas, por más que se celebren aquí ferias en su honor. Los datos estadísticos son clamorosos: Suman solo el 2,63 por mil (sí, por mil; no, por ciento) entre capital y provincia. Son de esas cosas surrealistas, propias del País de Nunca Jamás, al que aquí estamos ya acostumbrados, como lo de RENFE y el tranvía. En mi clase de la Universidad, donde este curso tengo más de cien alumnos, siempre hago un sondeo al inicio, y este año tampoco he encontrado un solo estudiante que se llame Lucas. Aunque, eso sí, todos celebran muy mucho a este santo barón. Son fervores enigmáticos a los que uno no alcanza. En fin, rarezas nuestras, como la de tener la única catedral con balcones en su fachada. ¡Ea!
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