El virus de la covid-19 sigue con nosotros
A la luz de lo que ahora sabemos, es muy probable que desde el inicio de la pandemia de la covid-19, cada uno de nosotros haya tenido más reinfecciones de la cuenta
Joan Carles March
Miércoles, 27 de septiembre 2023, 19:06
El virus no se ha ido. Sigue con nosotros. En estos momentos conocemos más casos y ello nos dice que la pandemia sigue aquí. La ... Organización Mundial de la Salud ha notificado un aumento mundial del 38% de los casos de covid-19 en el mes de agosto, mes en los tres años y medio de pandemia, hemos llegado a 770 millones de casos confirmados y casi 7 millones de defunciones atribuibles al SARS-COV 2. La clave es ser cuidadoso, no siendo alarmista, pero NO bajar la guardia.
Es evidente que el contacto social es la primera causa a la que todo el mundo mira cuando suben los contagios, pero no es la única. Hay que añadirle la pérdida global de la inmunidad que se había obtenido –bien por la vacuna, bien por haber pasado la enfermedad o por las dos–. Y además, la aparición de nuevas variantes: la EG5 y la BA.2.86.
La primera variante viene con una mutación que le está permitiendo ser mucho más transmisible y tener escape inmunitario. La segunda variante tiene muchas mutaciones –más de 30– y se detecta cada vez en más países.
Pese a no estar catalogado la covid-19 como emergencia sanitaria, no hay que olvidar que el SARS-cov-2 sigue circulando. Ante ello, destacar la importancia de mantener medidas como: ventilar los espacios cerrados; teletrabajar en caso de que una persona se encuentre con síntomas y usar mascarilla para salir a la calle si se tiene coronavirus, en cuyo caso es todavía más aconsejable quedarse en casa y usarlas en espacios sanitarios y sociosanitarios, en el transporte público y en aglomeraciones. A todo esto, hay que añadirle que es necesario decir sí a la vacunación, sobre todo entre las personas más vulnerables. Actualmente en torno a un 40% de la población no tiene la dosis de refuerzo de la cuarta vacuna. El comité de medicamentos humanos de la EMA (Agencia Europea de Medicamentos) ha recomendado autorizar una vacuna Spikevax adaptada y dirigida a la subvariante Ómicron XBB.1.5, que se podrá utilizar en adultos y niños a partir de los 6 meses de edad.
Es evidente que hay una necesidad de inversión a todos los niveles aquí y en Europa
Asimismo, es fundamental que nos hagamos pruebas diagnósticas suficientes, así como toda la secuenciación genómica que se requeriría para mapear la penetración de nuevas variantes y que éstas aporten cifras a las organizaciones autonómicas, nacionales y mundiales que permitan hacer una radiografía de la situación. Hay que recordar que la covid está presente con muchísima fuerza en todo el mundo. Sabemos que las muertes en los EE UU se han duplicado, las hospitalizaciones triplicado, las visitas a emergencias cuadriplicado en el último mes debido a la covid-19. Ante ello, el CDC de Estados Unidos recomienda la vacunación de refuerzo a prácticamente toda la población. Aparte del aumento de las hospitalizaciones entre los mayores, siempre vulnerables frente al virus, en España, los menores de cinco años son ahora los que registran las mayores tasas de infección por covid-19 en Atención Primaria y además las tasas de positividad de las pruebas alcanzan el 40% en España, en un incremento continuado de venta de tests en farmacias.
La covid-19 no solo se asocia a muerte y hospitalización de mayores y vulnerables o a covid persistente, una enfermedad de la que aún no tenemos tratamiento, sino que también a múltiples síntomas crónicos en población general.
Al sistema español se le vieron las cicatrices durante la pandemia. Es evidente que hay una necesidad de inversión a todos los niveles aquí y en Europa. No es un caso aislado de nuestro país, la Organización Mundial de la Salud (OMS) avisa de que la situación de la sanidad europea es una bomba de relojería.
A la luz de lo que ahora sabemos, es muy probable que desde el inicio de la pandemia de la covid-19, cada uno de nosotros haya tenido más reinfecciones de la cuenta. Reinfecciones silenciosas, que han pasado desapercibidas para nosotros, de carácter asintomático o con síntomas muy leves, que han sido más frecuentes con las variantes de Ómicron, y que no han podido ser neutralizadas ni por los anticuerpos generados por las infecciones pasadas, ni por los generados por las vacunas. Desde el punto de vista de la investigación científica, nos urge desarrollar, aparte de tratamientos para las personas con Covid persistente, la mejor estrategia para neutralizar las nuevas variantes del SARS-CoV-2 que seguirán apareciendo y esto solo puede lograrse con unas vacunas adecuadas a la situación, sin menospreciar el resto de medidas. No estar en fase de emergencia sanitaria de carácter internacional explica que el mundo entero haya bajado la guardia ante el tema y ello condiciona que las autoridades de la mayoría de los países y las agencias internacionales puedan estar atendiendo de manera insuficiente el actual repunte.
Hemos entrado en una fase de ruptura del equilibrio precario de control de la enfermedad por la combinación de los diversos factores comentados. Es necesario trabajar para evitar sorpresas desagradables si no se actúa con un criterio objetivo de salud pública pues la situación podría derivar en un incremento en la incidencia que produjera una creciente saturación asistencial de la atención primaria y hospitalaria así como al surgimiento, en casi un 10% de las personas infectadas, de cuadros crónicos del llamado covid persistente o de larga duración, con importantes secuelas y crecientes demandas de atención sanitaria y sociosanitaria.
De acuerdo con recomendaciones de la EMA y el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC), los adultos y niños a partir de 5 años que requieran vacunación deben recibir una dosis única, independientemente de su historial de vacunación contra la covid-19. El repunte existente y el que nos puede deparar los meses de otoño, obliga a ello.
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