La muerte lenta de la Escuela Andaluza de Salud Pública
Joan Carles March
Lunes, 20 de mayo 2024, 22:10
En algo más de un mes, la Escuela Andaluza de Salud Pública dejará de ser la institución que ha sido en estos casi 40 años ... y que Pablo Recio, consejero de Salud y Patxi Catalá, primer director, crearon. Solo le quedará la aprobación de estatutos del nuevo Instituto y adiós. Triste final para una institución pública que lo ha sido todo y ha hecho de todo y mucho en la salud pública nacional y en muchos países de Latinoamérica, convirtiéndose en el mejor estandarte de la Junta de Andalucía en el mundo, además de ser el único centro colaborador de la OMS en Andalucía, que esta CCAA perderá.
La Consejería de Salud, tras el intento fallido de hace más de 5 años, de extinguir la EASP por la vía directa y rápida con una proposición de ley y que no lo consiguieron por la gran movilización de entidades, científicos, sociedades profesionales, instituciones nacionales e internacionales, ha llevado a cabo un progresivo y lento debilitamiento de la EASP.
La situación de la EASP en este tiempo ha tenido importantes consecuencias en el capital humano de la institución. En los últimos cinco años, hemos perdido a casi 40 trabajadores. Los trabajadores hemos perdido un importante grado de participación en la misma. Los objetivos individuales ya no se negocian ni pactan. Han dejado de hablar con los profesionales, se ha generado una dinámica en la que todo el proceso de gestión de recursos humanos se ha judicializado... Se ha seguido con la actividad, mucha de ella controlada desde Sevilla, pero ha dejado de ser la institución que era. Todo ello habla de la mala gestión actual de la EASP y de la lenta agonía y la muerte lenta de una institución PÚBLICA que tiene la muerte anunciada.
No se puede entender la situación de la EASP si no se vive. El otro día un trabajador de la EASP me reafirmaba algo que yo he dicho muchas veces y es que nos hemos convertido en meros gestores de la formación que plantean y marcan otros. Alguien de la EASP coordina, pero quien marca contenidos es gente que está fuera de la institución, normalmente alguien de Sevilla, de servicios centrales del SAS o de la Consejería.
Eso no quiere decir que no hagamos cursos, que los hacemos, y algunos de gran calidad y con nivel como el europubhealth que hacemos con instituciones europeas o los expertos universitarios que en general (no todos) tienen el sello EASP, pero programas como el de directivos por ejemplo, con más de 65 docentes que aparecen en su listado de profesores, solo dos son de la EASP. Triste realidad pero cierta.
Junto a los cursos, la mayor entrada de profesionales que vienen a la EASP viene de las Jornadas, la mayor parte de ellas sin la participación profesional en el diseño de las mismas. Hay quien dice que nos hemos convertido en un AirBnB de las jornadas, la cuales organizamos pero en pocas les damos el valor científico que deberían tener.
Querría hacer un pequeño recorrido por la gran cantidad de juicios que los trabajadores de la EASP tienen puestos a la dirección por no cumplir el convenio, que superan los 70, unos se ganan, otros se pierden, pero nadie desde la dirección actual ha planteado ninguna propuesta de mejora para hacer una adecuada gestión de recursos humanos de la EASP dejando ese poder en los jueces. Además, si teníamos en los últimos meses un nuevo director de personal y económico vía una empresa, el no acuerdo final sobre teletrabajo (aprobado por el comité de empresa y el conjunto de los trabajadores) ha generado su dimisión (o cese). Así está la EASP: sin cabeza.
Si a esto que he contado se le llama reforzar a la EASP, que venga Dios y lo vea. Para mí es un triste final que se consolidará en algo más de un mes en el parlamento andaluz con la aprobación de la ley que marca la extinción de la EASP en un nuevo instituto. Un nuevo Instituto de Salud de Andalucía que servirá primordialmente para que un alto directivo de la Consejería con 0 relación con la salud pública tenga su chiringuito.
Y mientras tanto, Andalucía y España se quedarán sin la institución que ha sido desde hace años centro colaborador de la OMS, título que va a perder (y a los del PP no les importa, tristemente) y que ha marcado muchas líneas de trabajo en el ámbito de la salud pública y la gestión sanitaria en Andalucía, además de en el Ministerio de Sanidad y en muchas CCAA.
Por último, resulta sonrojante que ninguna de las autoridades del Ayuntamiento y Diputación de Granada hayan levantado la mano para pedir que siga tal como ha venido siendo la EASP. El papel de un partido (el PP) pasa por encima del papel de una ciudad en todo ello, a pesar de que la EASP repercuta con 15 millones de euros anualmente de forma directa e indirecta en la ciudad de Granada, mediante la contratación de servicios locales y gracias a las estancias y visitas de su alumnado. Además, la EASP ha contratado de forma directa servicios a más de 296 empresas de la provincia de Granada, lo que supone un volumen de contratación superior a los 3 millones de euros. ¡Qué poco les importa Granada a estos dirigentes!
Adiós EASP. Gracias por todo lo hecho y todo lo recibido.
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