Zozobras de ayer, hoy y mañana

A la vez, se organiza una rogativa a la Virgen de las Angustias para pedirle que llueva y miles de devotos acuden a rezar a su Basílica. Lo que está muy bien, siempre que cobremos consciencia de que somos los humanos quienes tenemos en nuestra mano tratar de revertir y/o mitigar los efectos del dichoso cambio climático. A Dios rogando y con el mazo dando.

Mientras que no deja de crecer el número de empresas tecnológicas que se instalan en Granada, con el PTS a reventar, como nos contaba Mercedes Navarrete, los ganaderos tienen que tirar la leche de sus vacas por el ínfimo precio que les pagan por su trabajo. ¡Cuánto de simbólico en esa leche derramada! Que los algoritmos están muy bien, pero de momento, ni se comen ni se beben.

No hay inteligencia, ni natural ni artificial, que explique lo que pasa entre la miseria que cobran pescadores, agricultores y ganaderos por su trabajo y la barbaridad que pagamos los consumidores en las tiendas y supermercados. La vida es justo eso: lo que ocurre entre que un pescador malvive de sacar sus jureles y usted y yo arañamos los céntimos del bolsillo a final de mes, escandalizados por la subida de la cesta de la compra.

Hablando de inteligencia artificial: ¿soy yo o de un tiempo a esta parte solo nos llegan noticias preocupantes y alarmantes sobre la posible dictadura a que nos someterá en un futuro no muy lejano? Lo tengo que hablar con Paco Herrera…