Un viaje sobre ruedas
Jesús Lens
Miércoles, 2 de julio 2025, 23:46
Muy elegante no sería, pero si tuviera que diseñar una campaña de marketing y publicidad de ALSA, haría un collage con las portadas y los ... titulares de la prensa de ayer y sobreescribiría nada más que: 'Viaja en autobús'.
A partir de ahí montaría vídeos virales con lemas como 'No quedarás atrapado'. 'No morirás de sed'. 'No sentirás asfixia'. 'No pasarás la noche en vela'. 'No pasarás la noche en vilo'. 'No preocuparás a los tuyos'. 'No perderás tu tiempo'. 'No perderás tus conexiones'. 'No perderás tu paciencia'. 'No perderás la razón'.
Insisto en que elegante, lo que se dice elegante, no es. Pero razón no le faltaría. Es que ni un ápice. Años de desconexión ferroviaria esperando la llegada del tren para encontrarnos con esta triste situación.
Cuando se estudie el primer cuarto del siglo XXI con la perspectiva del tiempo, lo del tren en España será la perfecta metáfora que servirá para explicarlo todo. Cómo hemos pasado de tener un sistema modélico, la envidia de todo el mundo, exportable y exportado, escrupulosamente fiable y puntual hasta lo 'milimésico'; a dejar que se convierta en poco menos que una tómbola, una chufla y una lotería en la que el premio gordo es viajar sin contratiempos.
El día que el AVE anunció su cambio de política en el reembolso de los billetes de tren que acumularan retraso marcó un antes y un después que, insisto, se utilizará en el futuro como muestra del signo de los tiempos.
No voy a hablar de 'estado fallido', ese mantra que acuñan los autodenominados librepensadores y los militantes de la derecha más extrema. Esos que, no por casualidad, comparten tantos diagnósticos en sus ¿análisis? de la realidad como falsas recetas a la hora de ¿solucionar? los problemas.
Estado fallido quizá no, pero en franca decadencia… No creo que le quepa duda a nadie. También podemos ponernos populistas y vincular las mordidas y la corrupción con la carcoma que corroe al sistema. ¿Hay relación causa-efecto o no es necesaria la pestilente corrupción para que se vayan socavando los pilares del estado del bienestar? Cada vez peores sanidad y educación pública y unos sistemas de transporte deteriorados hasta lo indecible son el legado más perceptible de este primer cuarto de siglo XXI, insisto. Que ha tenido sus cosas buenas, por supuesto. Pero como esto es una columna y no una tesis doctoral, lo dejamos aquí.
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