El valor del fotoperiodismo

Rompió el fuego ese erudito que es Juan Ferreras, cuyo ser zen no deja de encandilarme cada vez que le escucho y siempre que le leo en las redes sociales. Su humildad, su compromiso insobornable con su ideario comunista, la solidaridad de los compañeros y camaradas, sus 'orejas' callejeras… Memoria viva, palpitante, histórica y sentimental.

Un Ferreras que pidió una calle, por sencillica que sea, para su colega José María González Molero, que se ha pasado nada menos que 40 años 'contando' Granada a través de su lente. Pero de eso les hablo al final. Y es que precisamente ése es el trabajo de los fotoperiodistas: contar a través de las imágenes. De hecho, como se dijo en la charla, todo el que quiera conocer la evolución y la transformación de Granada, obligatoriamente tendrá que consultar el ingente archivo atesorado por estos profesionales.

Ramón L. Pérez aprovechó para hablar sobre las diferencias entre ayer y hoy a la hora de afrontar su trabajo. Ni mejores, ni peores: tiempos distintos. María de la Cruz destacó la importancia de la honestidad a la hora de hacer fotografía en la calle y del papel que desempeña en su vida una red social tan visual como Instagram. Por cuestiones de agenda no pude escuchar a Lucía Rivas ni a Fermín Rodríguez: tuve que salir zumbando. ¡Qué rabia me dio! Pero los compromisos son los compromisos.

Sí quiero resaltar algo que dijo Gustavo en la presentación de la tertulia: las ciudades son muy poco agradecidas con esos fotoperiodistas que les dedican su vida profesional. Por 'las ciudades' debemos entender a sus habitantes. Sobre todo, a quienes ostentan la responsabilidad de dirigirlas y que, en su desempeño, matan por salir en la foto.

No sé si en el llamado Barrio de los Periodistas hay una sola calle dedicada a algún fotoperiodista. La concejalía del ramo correspondiente debería mirarlo. Y el consistorio, actuar en consecuencia.