Los Reyes me han echado...

Titulo con puntos suspensivos, no parezca que me han largado de algún sitio, sea de mi casa, del bar de la esquina por cansino y ... repetido o quién sabe de dónde. Pregunto: ¿qué le han echado los Reyes? ¿Se han portado bien? O quizá fue usted quien no estuvo a la altura de lo exigido a lo largo de 2024 y de ahí esa corbata o esa colonia, versión gris y burocrática del antiguo carbón, un regalo en franco retroceso. No se me mosquee si es usted amante de las corbatas y de los perfumes. Sobre gustos, colores y olores, aunque hay un mundo escrito, no podemos dictar sentencia. O no debemos. Y también le digo que con una corbata, al menos, sabes a lo que atenerte. Sobre todo si viene con cheque regalo y puedes (des)cambiarla. Porque… ¿y si te regalan una experiencia? ¿Qué haces con eso de 'vivir una experiencia'? A mí, miedo de me daría. Con una corbata, la única preocupación es ver con qué camisa combina y procurar que no le caiga un lamparón por culpa de la salsa brava de las patatas. Sin embargo, si te toca lo de la experiencia, por muy de moda que esté entre la gente in, cool, fashion y entendida; tienes un problema. Esa modalidad de regalo tan sofisticado suele llegar en forma de bono canjeable repleto de condiciones. La primera: el plazo. A priori, tienes tiempo. ¿Pero cómo saber cuándo estarán alineados cuerpo, mente, espíritu, agenda y cartera para vivir la experiencia?Y luego está la cuestión de las expectativas. Si te regalan una experiencia es porque va a ser la p… Y en verso. ¿Si no, pa'qué? ¡Qué presión! Volviendo a la corbata: nadie espera que entres en éxtasis al hacerle el nudo o al verte en el espejo del ascensor. Pero una experiencia… ¡Joder! Eso, y que no se puede vender en Wallapop. ¿O sí? Que ya lo estoy viendo: «Se ofrece bono para bucear con grandes tiburones blancos en las costas de Sudáfrica. Precio a convenir. Jaula aparte». ¡Menuda experiencia, oigan!