Que parezca un accidente
Jesús Lens
Jueves, 28 de noviembre 2024, 23:41
Me asomo estos días a la información política con la misma pasión con que leo las mejores novelas policiacas protagonizadas por delincuentes de todo tipo ... y pelaje. Como muestra, unos cuantos botones en forma de titular, todos ellos del IDEAL de ayer.
«Sánchez se cobra la dimisión de Lobato por salpicar a Moncloa en el caso del fiscal general». Y de la mano, esta otra perla: «El juez del Supremo investigará si García Ortiz manipuló un móvil durante el registro». ¡Foh! Si en vez de nombres como Sánchez, Lobato o García Ortiz leyéramos Corleone, Tataglia o Luca Brasi no nos extrañaría un pelo.
Sobre todo al encontrarnos con esto otro de Aldama: «Cualquier cosa que me pudiera pasar a mí o a mi familia apuntaría al presidente». ¡Toma ya! Cuando en 'House of Cards', el político interpretado por Kevin Spacey arrojaba a una periodista incómoda a las vías del tren, me parecía una barbaridad. En el sentido de increíble. De poca credibilidad, o sea. Ahora leo cosas como la antedicha y lo primero que pienso es «que parezca un accidente». Deformación noir, claramente.
Pero es que el presidente del Gobierno no se libra por ninguno de los cuatro costados. «La jueza cita al hermano de Sánchez tras hallar la UCO indicios de criminalidad». Al menos, ayer no había grandes titulares referidos a Begoña Gómez y su autoincriminación.
Es muy heavy metal todo esto. Para los socialistas, es lawfare, por supuesto. Una persecución implacable, con todas las fuerzas vivas del Estado conspirando contra el Presidente. Es una forma cómoda de vivir en paz aun en mitad de esta crónica política de género negro-criminal repleta de conspiraciones, cacerías, tramas y (presunta) corrupción. Como si Ábalos, Koldo & Co fueran personajes inventados por el guionista de una serie de televisión.
Para sus enemigos, Sánchez es la encarnación del mal, una especie de Anticristo o bestia surgida del averno. Un ser maléfico y mefítico proveniente de lo más profundo del inframundo. Un peligro para España, Europa, el mundo en particular y las galaxias en general. En este caso, estaríamos más en la órbita terrorífica de Lovecraft y Cthulhu que de la mafia y el crimen organizado.
Y es por todo ello que cada vez más gente pasa de la política. Es insostenible este nivel de tensión permanente, la hipérbole constante, la amenaza sin fin. Esto no hay serie o novela que lo soporte.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión