Malos humos en la hostelería
Todos a la ruina. De haberse cumplido los vaticinios de la patronal hostelera cuando la Ley Antitabaco, lo menos el 75% de los bares y ... restaurantes de nuestro país habrían echado el cierre. No hay más que poner el pie en la calle para comprobar sus dotes proféticas. También se indignaron mucho porque, decían, el personal se vería obligado a ejercer de policía. Y ya ven ustedes el colapso provocado en los juzgados.
La patronal de la hostelería tiene una tendencia al drama y a la sobreactuación que termina yendo en su perjuicio. ¿Se acuerdan del famoso registro de viajeros en los hoteles que iba a requerir de un complejísimo proceso de preguntas y respuestas que ralentizaría los check in hasta lo indecible? Pues no parece que haya sido para tanto este verano, ¿verdad?
Ahora, cuando por fin se anuncia la feliz prohibición de fumar en las terrazas, el sector amenaza con todos los males del infierno. Oooootra vez. Han llegado a decir que afectará incluso a la llegada de turistas internacionales. Y es que, sabido es, a la hora de elegir destino vacacional, una de las cosas que todo el mundo comprueba es si se puede fumar o no en las terrazas de los bares.
¿Y cuándo dicen que hay una feliz convivencia entre fumadores y no fumadores? ¡Claro que sí, guapi! La felicidad de tragarte el humo del vecino con tu café y tu tostada!
Tanto hablar de taninos, crianza y retrogusto; del exquisito sabor de la carne alimentada con pasto salvaje… para acabar bebiéndote el vino o comiéndote el solomillo entre las tufaradas del humo del cigarro del fulano de la mesa de al lado.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión