Laberinto mar y migraciones
En el habla callejera, en el lenguaje escrito e incluso en el literario abundan los ejemplos que denotan actitudes culturales y profundas raíces históricas
Jesús Lens
Miércoles, 16 de octubre 2024, 23:40
Cuando estábamos trabajando en el programa de Biotopías, el festival dedicado a la naturaleza patrocinado por Fundación Unicaja, vi que Alfaguara tenía previsto publicar 'Laberinto ... mar. Un viaje por la vida y la historia de nuestras costas' justo para entonces. Tanto la editorial como la autora del libro, Noemí Sabugal, compañera de fatigas en aquella mítica Semana Negra de Gijón, tuvieron el detallazo de venir a Granada con el libro recién salido del horno, aún humeante y con la tinta fresca.
El próximo viernes, en el Gourmet, llevamos una entrevista con Noemí, pero hay una parte de la conversación que me traigo a esta columna ahora que, dicen, la inmigración se ha convertido en la mayor preocupación de los españoles mientras vemos cómo la UE endurece sus políticas sobre asilo, refugiados, etc.
En 'Laberinto mar', Sabugal habla de todo lo referente a nuestros mares y costas. «Contar el mar era una forma de contar la historia de España y sus territorios», nos dice. Así, en el libro encontramos desde lo puramente alimenticio a los viajes, el turismo y la naturaleza. Atunes, medusas, ballenas, mitos y leyendas. Historias de naufragios, pecios y tesoros hundidos. La contaminación, el cambio climático, etcétera.
Entre los temas que trata también está el de los fenómenos migratorios. Al preguntarle por el particular, me encanta la respuesta de Noemí: «Que seamos un país costero nos ha convertido también en un país migrante. España se desangró demográficamente por sus puertos a lo largo del siglo veinte. La historiadora María José Fernández Vicente, profesora de la Universidad de Bretaña Occidental, calcula que desde 1860 a 1936, es decir, sin contar los miles de exiliados por la Guerra Civil, salieron de los puertos españoles unos 5,5 millones de personas con destino a otros países. No olvidemos esas historias. Ahora somos un país que recibe a migrantes y la pesca es precisamente uno de los sectores en los que los trabajadores migrantes están cubriendo la falta de relevo generacional. Muchos de nuestros pescadores de bajura son africanos. Y los de altura, indonesios y filipinos».
Qué importante es tener memoria, datos, cifras y sensibilidad. Congratulémonos por los avances sociales, políticos y económicos de nuestro país, pero no olvidemos de dónde venimos. Y no odiemos, despreciemos ni temamos a quienes vienen de fuera. No hace tanto, nosotros éramos ellos.
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